Hola.
Me resulta chocante y desalentador el enemigo invisible, así como el elevado poder incendiario que permite a barcos que no resistirían una andanada real, cruceros o destructores, noquear a un Bismarck o un Iowa.
Los barcos que nunca existieron no debieran superar a los Iowa, Yamato o Bismarck. La base histórica de este juego es uno de sus mayores alicientes; la mayoría de los que existieron no tuvieron ocasión de demostrar su valía; en este extraordinario juego si pueden, pero barco contra barco, no barco contra hipótesis...
Saludos cordiales.