León Fandiño

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  1. León Fandiño

    Actualización 13.6: Nuevo modo de tipo de batalla: "Modo aleatorio".

    Sigo prefiriendo las Asimétricas...
  2. León Fandiño

    Barcos llamados "Bahía Blanca" .

    Uy casi, no tan cerca como pensaba!!
  3. León Fandiño

    Bonus y Códigos WoWs

    gracias
  4. León Fandiño

    Oficina de Desarrollo (Investigación)

    El Illinois debe ser divertido de jugar, un acorazado con balistica como un Alaska y retardo como un Annapolis +/- resumido!!!
  5. León Fandiño

    El día que unos británicos en kayak atacaron los buques alemanes.

    Antes de ver el final del articulo, iba a citar yo que había una pelicula muy antigua sobre este tema,
  6. León Fandiño

    Barcos llamados "Bahía Blanca" .

    No es ahi donde desemboca el otro rio Colorado??
  7. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    Se puede siempre que este disponible en la Armeria!!
  8. León Fandiño

    Oficina de Desarrollo (Investigación)

    Según este gráfico del camarada @Marvel de hace un par de años, cual preferís sacar ahora mismo de la Oficina de Desarrollo??? yo tengo 3 en mente que estoy viendo en gameplays y demás videos, a ver cual me agrada mas: Slava, Ohio, Sicilia Con cual os quedaís y xq???
  9. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    Yo he pensado en el Sherman por el Brandenburg + doblones... El Sherman tiene cosas, es buen cañonero pero los torpedos me parecen horribles con ese angulo tan cerrado y corto!! Además, aun no soy especialista ni llego a aficcionado jugando con DDs!!!
  10. León Fandiño

    Efemerides de un dia como hoy durante la 2da mundial.

    Y tal día como hoy pero de 1942, finalizaba la crucial y decisiva batalla de Midway, que se libró entre los días 4 y 7 de junio de 1942, cuando una gran flota de la Armada Imperial Japonesa, comandada por Isoroku Yamamoto, atacó las bases estadounidenses en el atolón de Midway en su campaña por el océano Pacífico central. La Armada de los Estados Unidos, bajo el comando de Chester Nimitz, aprovechó la información de inteligencia con que contaba, para emboscar a los japoneses y causar daños devastadores a su marina de guerra. La derrota japonesa detuvo la expansión del Imperio Japonés en la región del Asia-Pacífico y constituyó el punto de inflexión en el desarrollo de la guerra. La batalla se caracterizó por una sucesión de errores por parte de ambos bandos, que mantuvo incierto el resultado, hasta que una serie de causas fortuitas llevaron a la victoria estadounidense. Ambos bandos sufrieron pérdidas importantes. Los japoneses perdieron 3057 combatientes, cuatro portaaviones, un crucero pesado y 248 aeronaves, lo que debilitó enormemente a la Armada Imperial Japonesa, mientras que los estadounidenses perdieron 307 combatientes, un portaaviones, un destructor y 150 aviones, que serían rápidamente sustituidos gracias a la capacidad industrial del país americano. Estratégicamente, el resultado de la batalla implicó que la Marina Imperial perdiera la iniciativa en el Pacífico, dando paso a sucesivas batallas que establecerían el dominio de los estadounidenses en la región. El ataque a Midway —al igual que el de Pearl Harbor— no era parte de un plan para invadir Estados Unidos, sino que su objetivo era causar serios daños a las fuerzas navales estadounidense en el Pacífico con el fin de apurar un acuerdo entre ambas potencias que preservara el dominio japonés en los territorios conquistados en Asia-Pacífico. El objetivo principal en la estrategia de Yamamoto era eliminar los portaaviones estadounidenses, a los que veía como la amenaza más importante para la campaña del Pacífico. Esta preocupación se acentuó después del 18 de abril de 1942, cuando la incursión Doolittle bombardeó varias ciudades japonesas, entre ellas Tokio. Este ataque, aunque militarmente insignificante, fue un duro golpe psicológico para la población japonesa porque demostró lo inseguro que estaban en su territorio. Esta y otras exitosas incursiones confirmaron que los estadounidenses todavía eran una importante amenaza, aunque aparentemente reacios a ser arrastrados a una batalla. Yamamoto pensó que otro ataque aéreo en Pearl Harbor haría que toda la flota estadounidense entre en combate, incluyendo sus portaviones. Además, desde el primer ataque el poder aéreo estadounidense en el archipiélago de Hawái había aumentado y por ello determinó que atacar directamente Pearl Harbor era demasiado arriesgado. En su lugar escogió el pequeño atolón de Midway, ubicado en el extremo norte de Hawái, a unos 2100 kilómetros de la isla de Oahu. Midway no era especialmente importante en el expansionismo territorial de Japón, pero supuso que Estados Unidos defendería el atolón con mucha fuerza ante un ataque, así que una eventual victoria permitiría destruir parte importante de la flota enemiga. Efectivamente, esta isla era estratégicamente importante para los estadounidenses y tras las batalla establecieron allí una base que permitía a los submarinos que operaban desde Pearl Harbor surtirse de combustible y provisiones. Así, su radio de operaciones se extendía hasta 1900 kilómetros. La pista de aterrizaje en Midway también servía como punto de escala para los bombarderos que se dirigían a la isla Wake. Este plan requería la coordinación cuidadosa y oportuna de muchos grupos a cientos de kilómetros en mar abierto. Su diseño consideró datos de inteligencia que sugerían que el USS Enterprise y el USS Hornet eran los únicos portaaviones estadounidenses disponibles en la Flota del Pacífico. En la batalla del Mar de Coral, librada un mes antes, el USS Lexington se había hundido y el USS Yorktown había sido gravemente dañado al punto que los japoneses pensaron que también se había perdido.15 Sin embargo, luego de una rápida reparación en Pearl Harbor, el Yorktown volvió a estar activo y jugó un importante rol en el descubrimiento y destrucción de los portaaviones japoneses en Midway. Finalmente, gran parte del plan de Yamamoto coincidía con la idea de los demás líderes japoneses de la época, quienes creían que los estadounidenses estaban desmoralizados por sus frecuentes derrotas en los seis meses precedentes. Yamamoto creía que era necesario un engaño para llevar a la flota estadounidense a una situación fatalmente arriesgada. Con ese fin dispersó sus buques para que todos, y particularmente sus acorazados, se mantuvieran ocultos de los estadounidenses antes de la batalla. Su grupo de acorazados y cruceros de apoyo siguió a los portaaviones del vicealmirante Chūichi Nagumo a varios cientos de kilómetros. La misión de estos era acercarse y destruir cualquier elemento que pudiera defender Midway tras ser previamente debilitado desde los portaaviones. Esta táctica se practicaba en casi todas las armadas más importantes de la época. Lo que el almirante Yamamoto no sabía era que los estadounidenses habían descifrado uno de los principales códigos navales japoneses, apodado «JN-25» por los Aliados, y que permitió que se conocieran muchos detalles de la operación. El énfasis en dispersar la flota hizo que ninguna formación estuviese oportunamente disponible para ofrecer apoyo a las demás. Por ejemplo, a pesar de que se esperaba que los portaaviones de Nagumo soportaran la peor parte de los contraataques, los únicos buques de la flota que eran más grandes que los doce destructores que los encubrían eran dos acorazados rápidos de clase Kongō, dos cruceros pesados y un crucero ligero. Por el contrario, Yamamoto y el almirante Nobutake Kondō tenían en sus flotas dos portaaviones ligeros, cinco acorazados, cuatro cruceros pesados y dos cruceros ligeros, de los cuales ninguno participó en la batalla. Los portaviones ligeros y tres acorazados de Yamamoto no alcanzaron a seguirle el ritmo a los portaviones de la Kidō Butai y no pudieron acompañarle en la navegación. La distancia entre las fuerzas de Kondō y Yamamoto y los portaaviones de Nagumo tuvo consecuencias graves durante la batalla, porque se le negó a este último la inestimable capacidad de los aviones de reconocimiento transportados por los cruceros y portaaviones, así como la capacidad antiaérea adicional que ofrecían los cruceros junto a los dos acorazados clase Kongō. Antes de la batalla, el almirante Chester W. Nimitz, comandante en jefe del área del Pacífico, tenía una importante ventaja sobre Japón, ya que los criptoanalistas estadounidenses habían descifrado parcialmente el código JN-25b de la Armada Imperial Japonesa. Desde principios de 1942, Estados Unidos había estado decodificando mensajes que indicaban que pronto se llevaría a cabo una operación militar en un objetivo llamado «AF». Al principio todos se preguntaban que significaba o qué lugar era «AF», pero más tarde el comandante Joseph Rochefort y su equipo en la estación HYPO pudieron confirmar que se trataba de Midway. El capitán Wilfred Holmes ideó una estratagema y a través de un cable submarino seguro le pidió a la base en Midway que transmitiera un mensaje de radio sin codificar en que se indicara que el sistema de purificación de agua del atolón se había averiado. Dentro de 24 horas, los decodificadores interceptaron un mensaje japonés que decía que «AF tenía poca agua». A ninguno de los operadores japoneses que interceptaron el mensaje pareció preocuparle que los estadounidenses transmitieran información sin codificar sobre la escasez de agua en una instalación naval importante, cercana al área de amenazas japonesa, lo que pudo haber prevenido a los oficiales de inteligencia de que se trataba de un deliberado intento de engaño. La estación HYPO también determinó que la fecha del ataque sería cercana al 4 o el 5 de junio, y proporcionó a Nimitz el orden de batalla completo de la Armada Imperial Japonesa. Japón tenía un nuevo libro codificador, pero hubo retrasos en su implementación, lo que permitió al equipo de HYPO leer los mensajes de manera anticipada. El nuevo código, que tardó varios días en ser descifrado, entró en uso el 24 de mayo, pero para ese entonces los mensajes más importantes ya se habían decodificado. Como resultado, los estadounidenses llegaron a la batalla con una imagen bastante clara de dónde, cuándo y con qué fuerza atacarían los japoneses. El almirante Nimitz necesitaba cada cubierta de vuelo disponible para luchar contra los cuatro o cinco portaaviones que Japón podía llevar a la batalla. Ya tenía dos portaaviones de la fuerza operativa del vicealmirante William F. Halsey, el Enterprise y el Hornet, pero a causa de una dermatitis Halsey tuvo que ser reemplazado por el contraalmirante Raymond Spruance, el comandante de su escolta. Nimitz también convocó a la fuerza operativa del contraalmirante Frank Jack Fletcher, del área suroeste del Pacífico, que tenía al portaviones Yorktown. A causa de los daños que sufrió en la batalla del Mar del Coral, se estimó que el Yorktown necesitaba varios meses de reparaciones en el Astillero Naval de Puget Sound, pero sus ascensores estaban intactos así como gran parte de la cubierta de vuelo. En el Astillero Naval de Pearl Harbor un equipo trabajó mediante turnos en el buque las 24 horas del día, y tras 72 horas de trabajo ya estaba reparado y listo para la batalla, lo suficiente para las dos o tres semanas de operaciones que requería Nimitz. La cubierta de vuelo se reparó y secciones enteras de la estructura interna se retiraron y remplazaron. Las reparaciones continuaron incluso una vez que salió del astillero, a cargo de un equipo que seguía a bordo del USS Vestal, un buque de reparación dañado en el ataque a Pearl Harbor. El grupo aeroembarcado del Yorktown estaba disminuido y se restauró usando cualquier avión y piloto que se pudiera encontrar. El 5.º Escuadrón de Exploración (VS-5) fue remplazado por el 3.er Escuadrón Bombardero (VB-3) del USS Saratoga; el 5.º Escuadrón Torpedero (VT-5) se remplazó por el 3.er Escuadrón (VT-3); el 3.er Escuadrón de Caza (VF-3) se reconstituyó para reemplazar al 42.° Escuadrón (VF-42), con dieciséis pilotos del VF-42 y once del VF-3 y el teniente comandante John S. Thach al mando. Algunos miembros de la tripulación no tenían experiencia, lo que pudo haber contribuido a un accidente en el que murió el teniente comandante Donald Lovelace, el oficial ejecutivo de Thach. A pesar de los esfuerzos para tener al Saratoga —que había sido reparado en San Diego— listo para el siguiente enfrentamiento, la necesidad de reabastecerlo y reunir suficientes escoltas le impidió llegar a Midway hasta después de la batalla. Para el 4 de junio, la Armada había estacionado en Midway cuatro escuadrones de Consolidated PBY Catalina —31 aviones en total— para tareas de reconocimiento de largo alcance, y seis Grumman TBF Avenger nuevos del 8.º Escuadrón Torpedero del Hornet. El Cuerpo de Marines estacionó además diecinueve Douglas SBD Dauntless, siete F4F-3 Wildcat, diecisiete Vought SB2U Vindicator y veintiún Brewster F2A Buffalo. La Fuerza Aérea contribuyó con un escuadrón de diecisiete Boeing B-17 Flying Fortress y cuatro Martin B-26 Marauder equipados con torpedos. Aunque los F2A y SB2U ya estaban obsoletos, en ese momento eran los únicos aviones disponibles para el Cuerpo de Marines. Nimitz sabía que ellos habían renunciado a su ventaja numérica al dividir sus naves en cuatro grupos operativos separados, demasiado separados para darse apoyo mutuamente. Esta dispersión limitó la disponibilidad de buques rápidos para escoltar los portaaviones de la Fuerza de Ataque, y menos cañones antiaéreos para protegerlos. Nimitz calculó que las aeronaves de sus tres portaaviones más los estacionados en Midway, le daban una cantidad más o menos igual a la de los cuatro portaaviones de Yamamoto, principalmente porque los grupos aeroembarcados estadounidenses eran más grandes que los japoneses. Los japoneses, por el contrario, incluso después de que comenzara la batalla desconocían la verdadera fuerza y disposición de su oponente. El almirante Nagumo lanzó su primer ataque a la isla a las 4:30 del 4 de junio de 1942 con un total de 108 aviones de combate. Al mismo tiempo hizo despegar seis aviones de reconocimiento para ir en búsqueda de la flota enemiga, y cazas Mitsubishi A6M Zero para patrullar el espacio aéreo que rodeaba la zona. Las misiones de reconocimiento japonesas fueron muy poco efectivas a causa de los pocos aviones que tuvieron que cubrir extensas áreas de búsqueda y del mal tiempo. A las 6:20 los aviones de Nagumo comenzaron a bombardear Midway y causaron grandes daños a las instalaciones militares de la isla. Algunos pilotos estadounidenses que estaban en la base intentaron defender el atolón con los aviones Grumman F4F Wildcat y Brewster F2A Buffalo, pero sufrieron numerosas bajas. Sin embargo, la artillería antiaérea estaba lista y consiguió derribar varios aviones atacantes. Los aviones de reconocimiento japoneses, enviados para evaluar el estado de las defensas de Midway después del ataque, transmitieron un mensaje al almirante en el que explicaban que iba a ser necesaria otra misión de bombardeo para neutralizarlas antes de que las tropas desembarcasen el día 7 de junio, como estaba previsto. Los bombarderos estadounidenses —cuya base estaba en la isla— despegaron antes de ser dañados por los japoneses, e hicieron varios ataques contra la flota nipona. Los lentos y pesados torpederos Grumman TBF Avenger fueron destruidos casi por completo por la artillería antiaérea de los barcos y los veloces Zero japoneses, sin lograr causar ningún daño a la flota enemiga. Solo tres de ellos consiguieron volver a Midway. De acuerdo a las tácticas de batalla de la época, Nagumo guardó la mitad de sus aviones de reserva, dos escuadrones compuestos por torpederos y cazatorpederos. Tenía la opción de armar los bombarderos de reserva con torpedos, o con bombas terrestres —para atacar navíos o instalaciones militares respectivamente—. En el primer ataque a Midway optó por equipar a los aviones de reserva con torpedos, al temer encontrar barcos estadounidenses. Por ello resultó necesario efectuar un segundo ataque, pues la pista de aterrizaje y despegue del atolón no había sido destruida por la falta de bombas terrestres. Todos los aviones del segundo ataque incluidos los de reserva recibieron la orden de ser armados con bombas para atacar las instalaciones de la isla, una orden que resultó fatal. Media hora después de iniciar este ataque, un avión de reconocimiento de largo alcance enviado tardíamente desde el crucero Tone informó de la presencia de una flota enemiga de tamaño considerable al este. Nagumo paralizó de inmediato el armado de los aviones con bombas y esperó más información sobre la composición de la flota que se acercaba. Tuvieron que pasar más de cuarenta minutos para que un avión japonés avisara de la presencia de un portaaviones estadounidense, la espera resultó muy prolongada a pesar de que el oficial táctico aéreo Minoru Genda aconsejaba atacar de inmediato. Entonces, el almirante se vio frente a un dilema. Sus subordinados insistieron en que lanzase un ataque sobre los portaaviones con las reservas que aún tenía a bordo. Sin embargo, las operaciones de preparación y lanzamiento de aviones podían llegar a durar entre treinta y cuarenta y cinco minutos y los pilotos japoneses de la primera oleada comenzaban a regresar. Muchos de ellos estaban casi sin combustible, dañados o con parte de la tripulación herida, por lo que era necesario un aterrizaje rápido antes de morir en medio del mar. Los cálculos indicaban que había muy pocas probabilidades de que todos los aviones de reserva (armados con bombas) pudiesen despegar antes de la llegada de los primeros. Así, sin la confirmación de la composición de la flota estadounidense que se había avistado, Nagumo fue cauteloso y prefirió esperar para decidir el tipo de armamento que se usaría durante el segundo ataque. Además, la aviación estadounidense estacionada en la isla había logrado resistir otros ataques sin sufrir pérdidas, lo que reforzó más la necesidad de hacer un nuevo ataque al atolón. Preso de la indecisión y luego de razonar estrictamente la doctrina de tácticas navales japonesas, Nagumo decidió seguir el manual de forma tranquila y resolvió esperar a que los aviones del primer asalto a la base regresaran a los portaaviones, para luego lanzar con el armamento apropiado la segunda flota aérea de ataque. Esta decisión que acarrearía una pérdida de tiempo fatal le supondría más adelante la derrota. Al mismo tiempo, mientras la indecisión se apoderaba del mando japonés, desde las 07:00 el almirante Fletcher había puesto en marcha a los aviones del Yorktown para que atacasen a los portaaviones japoneses. Al contrario de Nagumo, Spruance dio la orden de que sus aeronaves atacasen con todo lo que poseían, sin esperar a que toda la flota aérea estuviese en el aire para hacer un ataque conjunto y coordinado. Luego del despegue, cada escuadrón estadounidense se dirigió directamente hacia el enemigo en lugar de esperar a estar en una formación de ataque conjunto. Esta táctica, a pesar de disminuir el volumen del impacto de los ataques hacia los japoneses y acarrear grandes pérdidas para los estadounidenses, tuvo el mérito de lograr desorganizar la capacidad de contraataque nipona y encontrarse totalmente vulnerables a los portaaviones de Nagumo. Los primeros aviones enviados para atacar a los japoneses tuvieron dificultades para encontrarlos en la vastedad del océano, incluso con las coordenadas que habían entregado las patrullas de observación, pero cuando finalmente se toparon con ellos aconteció una de las mayores acciones de sacrificio realizadas en una batalla perdida que, sin embargo, se transformaría en una victoria. A las 09:20, la primera oleada de los torpederos de Spruance llegó sobre sus objetivos. Consistían en lentos caza-torpederos Douglas TBD Devastator que se lanzaron en fila contra los portaaviones casi a la superficie del mar. Fueron abatidos prácticamente todos, pues solo un piloto logró sobrevivir a esta primera incursión. Con aviones similares el segundo asalto acabó casi de la misma manera: la flota aérea atacante destruida casi en su totalidad y la japonesa prácticamente intacta. Entre tanto, los pilotos estadounidenses consiguieron tres importantes resultados: primero, obligaron a los portaaviones nipones a navegar en círculos y hacer maniobras para evitar los torpedos, lo que les impidió tomar posiciones definitivas para el lanzamiento de sus aviones; segundo, obligaron a los Zero a gastar casi toda su munición y combustible mientras estos intentaban derribarlos, y tercero, pusieron la escolta aérea de los portaaviones en cotas de vuelo a baja altura, fuera de posición para así intentar defenderlos de algún otro ataque. Inmediatamente después de los ataques, los bombarderos en picado americanos dirigidos por Clarence Wade McClusky y Richard Best se aproximaron a gran altura, sin ser acosados por los cazas Zero que perseguían a los torpederos cercanos al mar, dos escuadrones de bombarderos que atacaron en picado desde el noreste y suroeste. Estos cayeron sobre los portaaviones enemigos, que para entonces estaban con las cubiertas llenas de aviones cargados con combustible y armados para iniciar el contrataque, en condiciones extremadamente vulnerables. A las 10:22 los bombarderos del Enterprise atacaron el Kaga lanzándose en picado sobre la nave japonesa, que no esperaba un ataque desde tanta altura, mientras que en el sur los aviones del Yorktown cayeron sobre el Sōryū y el Akagi, que también recibió los impactos de los bombarderos del Enterprise cuatro minutos después. El ataque estadounidense sobre los tres portaaviones nipones, que duró apenas seis minutos, fue devastador: tres de los cuatro portaaviones japoneses estaban en llamas, inoperantes y fuera de combate en gran medida porque decenas de aviones japoneses cargados de bombas y torpedos, inmóviles en las cubiertas, y cargando combustible, al ser bombardeados por los estadounidenses ayudaron involuntariamente en la destrucción de sus propios portaaviones. El Hiryū, el único portaaviones japonés que se encontraba intacto en ese momento, no perdió tiempo para hacer un contraataque. La primera oleada de bombarderos japoneses dañó gravemente al Yorktown con tres impactos de bomba que apagaron su caldera, inmovilizándolo: sin embargo, en aproximadamente una hora, sus dañados equipos de control fueron reparados con tanta eficacia que los bombarderos de la segunda oleada creyeron que se trataba de otro. A pesar de las esperanzas japonesas de nivelar las probabilidades mediante la eliminación de dos portaaviones enemigos con dos ataques, la segunda oleada creyó erróneamente que habían hundido el Yorktown y que estaban atacando el USS Enterprise. Después de recibir dos impactos de torpedos el Yorktown quedó fuera de combate, por lo que el almirante Fletcher se vio obligado a trasladar a su personal al crucero pesado USS Astoria. No obstante, a las 17 horas el Hiryū fue atacado por aviones procedentes del Enterprise, que lo destruyeron tras un violento bombardeo, situación en la cual influyó el hecho que las bombas estadounidenses alcanzaran los depósitos de gasolina de aviones en la cubierta del Hiryū, el cual se incendió y tuvo que ser abandonado a las 21 horas, aunque no se hundió sino hasta la mañana siguiente. Los dos portaaviones de la Fuerza de Tareas 16 del almirante Spruance, el Enterprise y el Hornet, no sufrieron daños. Cuando la noche cayó, los dos bandos hicieron planes para continuar con la acción. El almirante Fletcher, convencido de que no podría conducir de forma adecuada las fuerzas estadounidenses a bordo de un crucero, traspasó el mando de la flota al almirante Spruance. Este sabía que los estadounidenses ya habían conseguido una gran victoria, pero no estaba seguro de las fuerzas que aún tenían los japoneses y estaba decidido a salvaguardar tanto Midway como el resto de sus portaaviones. Para ayudar a sus pilotos, que habían sido lanzados al ataque durante el día, siguió avanzando en dirección a Nagumo. Por su parte, y pese a las grandes pérdidas, el almirante Yamamoto decidió inicialmente continuar con sus esfuerzos para ocupar Midway y envió sus navíos de batalla en busca de los portaaviones estadounidenses, al mismo tiempo que una flota de cruceros era desplegada para bombardear la isla. La flota japonesa no logró localizar a su enemigo en el mar. A las 02:15 de la noche del 5 al 6 de junio, un submarino estadounidense señaló la presencia de barcos japoneses a 165 kilómetros al oeste de Midway. Spruance, que no había sido capaz de localizar el cuerpo principal de la escuadra de Yamamoto, pensó que se trataba de estos navíos y partió en su dirección. Sin embargo, era la flota enviada a bombardear Midway, compuesta por cuatro cruceros y dos destructores, que poco después recibieron la orden de retirarse de la zona y unirse en mar abierto al resto de la flota de batalla de Yamamoto. Por la mañana, el submarino lanzó un ataque con torpedos contra los cruceros, sin éxito, pero en los días siguientes la aviación de la isla, junto a la de los portaaviones, realizaron varios ataques a los cruceros, hundiendo al Mikuma y dejando gravemente dañado al Mogami. Después de la batalla, y sabiendo que habían conseguido una gran victoria, los estadounidenses se retiraron de la región. La pérdida de los cuatro portaaviones enviados a Midway, además de un gran número de sus bien formados e irremplazables pilotos navales, interrumpió la expansión de Japón por el resto del Pacífico. Solo dos grandes portaaviones de la Armada Imperial Japonesa lograron sobrevivir, el Zuikaku y Shōkaku —que no participaron en la batalla—, junto a otros tres portaaviones pequeños de poco poder ofensivo y que podían transportar una mínima cantidad de aviones. El 10 de junio, en una conferencia del alto mando de planificación de guerra, la Armada Imperial Japonesa ocultó la gravedad de sus pérdidas en Midway. Solo el emperador Hirohito fue informado de los detalles de lo acontecido, quien prefirió mantenerlo en secreto ante el ejército y la opinión pública, e hizo que los planificadores militares continuasen por algún tiempo elaborando sus ataques suponiendo que la flota aeronaval del Japón seguía siendo poderosa. La batalla de Midway es frecuentemente llamada por los historiadores como el «punto de inflexión» de la Guerra del Pacífico. La Armada Imperial Japonesa continuó luchando con ferocidad incluso frente a la supremacía naval de los Estados Unidos al final de la guerra.9293 Sin embargo, la victoria en Midway dio a los estadounidenses la iniciativa estratégica en la guerra, pues infligió daños irreparables a los portaaviones japoneses y acortó el tiempo de la guerra en el Pacífico
  11. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    Amigoooo... vale!!!
  12. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    Además por lo que veo y os leo, WG ha usado a saber que logaritmo para que cada usuario pueda intercambiar un número o determinados barcos y otros usuarios otros, es decir, el intercambio no ofrece la posibilidad de cambiar a todos por igual los mismos barcos!! Porque alguien comentó que estaba pensando cambiar su Kearsarge y yo no??
  13. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    es que la verdad que esto de la Permuta es mas un "tongazo" que otra cosa.... un barco premium que te costo X recursos o doblones, te lo valoran al 50% y a cambio te ofrecen unos barcos, en su mayoría que no te atraen mucho y de Tier inferior, pero por los que tendrás que soltar doblones además!! Mi caso más acuciante, el Gascogne, un BB Tier8 que cuesta 12.400 doblones, si te lo quieres quitar de encima por otro, son 6.200 doblones que lo valoran, y lo mas asequible para no perder doblones, es un DD tier7, el Yüdachi y aún tengo que apoquinar 300 doblones!! me rio yo de los carteristas del metro o de las Ramblas...
  14. León Fandiño

    Efemerides de un dia como hoy durante la 2da mundial.

    Tal día como hoy, hace 80 años, un 6 de JUNIO, PERO DEL AÑO 1944… Día D: Justo a la media noche comienza la Operación Overlord dirigida por Eisenhower. Al alba, termina el bombardeo masivo de la costa francesa mientras 135.000 soldados aliados desembarcaron en las playas de Normandía por cinco sitios diferentes. A pesar de las formidables defensas alemanas de la costa, al entrar por cinco lugares a la vez, se consigue tomar la playa. Al atardecer, 150.000 soldados habrán desembarcado en Europa, haciendo posible la rápida liberación de Francia y ampliando las posibilidades de invadir Alemania este mismo año. La apertura de un segundo frente en Europa era algo de capital importancia para los aliados. Tras derrotar a Hitler en África, Italia y Rusia había llegado al fin la hora de llevar la guerra a Francia mediante un desembarco masivo desde Inglaterra, y acabar una vez por todas con el régimen nazi. Esta invasión pasaría a la historia como la operación Overlord. Sin embargo los alemanes habían fortificado a conciencia la costa atlántica para hacer frente a cualquier ataque, de manera que primero se debía desviar su atención a un punto alejado del lugar elegido para el desembarco: la región de Normandía. Así pues los servicios de inteligencia hicieron creer a los nazis que el ataque se llevaría a cabo en el paso de Calais, la zona más cercana a sus bases y por ello la más fortificada. Para ello se creó un ejército ficticio al mando del general Patton en Dover, a quien se equipó con tanques hinchables, lanchas de bombardeo falsas hechas con madera y una ingente cantidad de suministros y hombres que solo existieron sobre el papel. Los espías aliados también cumplieron su misión de engaño, entre ellos ninguno tan hábil como el español Joan Pujol, un agente doble de los alemanes que les convenció de que el desembarco se realizaría en Calais. Para completar el engaño el día del D los aviones y barcos aliados soltarían millones de tiras de aluminio sobre el Canal de la Mancha, cegando así a los radares alemanes con miles de señales al tiempo que los destructores creaban una falsa bruma por delante de la flota de desembarco. Con todo las playas de Normandía seguían siendo una de las regiones más fortificadas de la tierra, parte del Muro Atlántico de Hitler que protegía al Reich desde los Pirineos hasta el Báltico. Para empeorar las cosas, el dictador nazi había puesto al mando a uno de sus mejores generales, el mismísimo zorro del desierto, Erwin Rommel. Una vez superado este primer obstáculo, los aliados deberían hacer frente a la playa propiamente dicha, bloqueada por hileras y más hileras de alambre de espino y salpicada con letales campos de minas. En retaguarda se levantaban cientos de búnkeres y casamatas, desde donde los alemanes barrerían la zona de desembarco con ametralladores, morteros y cañones. Enfrentados a este formidable desafío los aliados tuvieron que recurrir al ingenio, con una nueva generación de tanques y vehículos diseñados específicamente para la invasión. Así el departamento del general Percy Hobart ideó una nueva generación de tanques barreminas que mediante rodillos de acero, tornos con cadenas y palas excavadoras limpiarían la playa para abrir paso a la infantería. A ellos se sumaron los sherman DD, una adaptación del principal tanque de batalla americano al que se equipó con dos hélices y una pantalla de lona para que pudiera navegar por el mar hasta llegar a la playa. La infantería americana también contaría con algunos juguetes nuevos para cumplir su difícil misión, los torpedos bangalore. Unas pértigas con explosivo en la punta que usarían para volar por los aires el alambre de espino sin exponerse demasiado al fuego enemigo. Con todo preparado para el gran día de pronto empeoraron las condiciones meteorológicas y empezó a arreciar el viento y la lluvia. Parecía que todo el plan se vendría abajo gracias a la mala mar, pero el comandante supremo aliado Eisenhower decidió seguir adelante pasara lo que pasar y poco antes de la medianoche del 5 de junio 1.200 aviones emprendieron el vuelo para desplegar a los 24.000 paracaidistas cuya misión era golpear la retaguardia alemana antes del desembarco. Empezaba el día D. El objetivo de estos soldados aerotransportados era en primer lugar asegurar los puentes que llevaban al interior, y en segundo silenciar las baterías de artillería cuyo fuego pondría en peligro a sus camaradas en la playa. En las primeras horas del 6 de julio los paracaidistas empezaron a caer sobre la Francia ocupada, reconociéndose entre ellos gracias a unas pequeñas pinzas que hacían un sonido de clic-clac característico, o la contraseña "trueno" a la que debía responder con "rayo". La suerte de los primeros de Normandía fue diversa, en algunos puntos como la aldea de Sainte-Mère Eglise aterrizaron directamente sobre las posiciones enemigas y fueron acribillados, salvándose solo aquellos que se hicieron pasar por muertos. Otros, como la compañía del capitán Winters de la división 101 tuvieron más suerte y tras reunirse en medio de la oscuridad de la noche se dirigieron al objetivo más próximo, silenciando la artillería que ya empezaba a disparar sobre la playa. Los británicos por su parte llevaron a cabo algunos arriesgados aterrizajes junto al enemigo a bordo de planeadores, desde los que salían en tromba contra los sorprendidos alemanes tomando varios puentes, que defendieron con uñas y dientes hasta que la fuerza de desembarco les alcanzó. Otro tipo de ataques preventivos todavía más arriesgados si cabe fueron llevados a cabo por los rangers y los comandos aliados en las mismas playas. A las que llegaron a bordo de botes de goma con las primeras luces del alba con el objetivo de tomar posiciones estratégicas que pondrían en peligro el éxito del desembarco. De ellos la misión más icónica fue la de los 200 rangers americanos que atacaron la batería de Pointe du Hoc, un empinado acantilado de 30 metros de altura que tuvieron que escalar bajo fuego con la única ayuda de unas cuerdas con gancho y escaleras. Cuando al fin consiguieron rechazar a los defensores y alcanzaron la cima se encontraron con que los alemanes habían trasladado los cañones al interior, pero gracias a las marcas de rueda que estos habían dejado en el suelo los pudieron encontrar y silenciar. Mientras estas tropas realizaban su vital labor tras las líneas enemigas, un abrumador bombardeo castigaba la costa para reblandecer las defensas antes del ataque principal. Más de 120 buques de guerra abrieron fuego con sus cañones, a los que se sumaron cientos de bombarderos y cazas. Si bien muy impresionante en cuanto a ruido y estruendo, la mayoría de este fuego cayó lejos de las defensas costeras, por lo que estas estaban intactas cuando la fuerza de invasión tomó tierra. Los aliados habían divido la costa normanda en cinco playas, asignadas a estadounidenses (Omaha y Utah) y británicos (Gold, Juno y Sword); las cuales serían tomadas por 24 oleadas sucesivas de hombres trasladados en lanchas de desembarco, que luego volverían a los transportes a por más. En cabeza irían los tanques de Percy, cuya misión sería la de despejar el camino y proporcionar cobertura móvil a la infantería en su avance. La prueba más dura que tuvieron que superar los americanos del día D fue la playa de Omaha. Para empezar la costa estaba dominada en esa zona por unos grandes acantilados donde los alemanes se habían fortificado y cuya posición dominate les proporcionaba un excelente ángulo de tiro. La situación se veía empeorada además por el impreciso bombaredo preliminar y la tardanza en llegar de los tanques anfibios, que se habían quedado frenados en el mar a causa del oleaje tras salir de sus naves de transporte. De este modo los 4.0000 soldados de la primera oleada tuvieron que enfrentarse a una muerte segura cuando llegaron a la playa sobre las 6:30, y solo uno de cada dos logró sobrevivir. Según uno de los testigos "cuando las rampas bajaron los hombres se adentraron en un infierno en el que el fuego cruzado de las ametralladoras impedía avanzar". Sometidos a un intenso fuego las divisiones 1ª, 29º y los rangers de élite se arrastraron de erizo en erizo hasta que alcanzaron la cobertura de un muro rompeolas que marcaba la línea de marea en mitad de la playa. Entre ellos se encontraba el reputado fotógrafo Rober Capa, quien desembarcando con la segunda oleada tomó once magníficas fotos desde detrás de un tanque destruido, que fueron las primeras que vio el mundo de la batalla de Normandía. Conforme iban llegando más hombres al muro se pudo organizar por fin un ataque que sacara a los americanos de esa trampa mortal, y poco a poco grupos aislados encabezados por los rangers se abrieron paso a través de las alambradas con los bangalore y escalaron los acantilados, tomando los búnkeres alemanes por detrás. Fue una de estas gestas, la de la compañía C, la que fue inmortalizada por Steven Spielberg en su conocido film Salvar al Soldado Ryan. Cuando terminó el día, 5.000 de los 43.000 asaltantes estaban muertos o heridos, con un 50% de bajas en la primera oleada. Mucho más fácil fue la tarea de sus camaradas en Utah, una estrecha franja de terreno de 700 metros que era la zona peor defendida del Normandía, con pocos nidos de ametralladora y campos inundados con agua de mar a su espalda. Gracias a ello los aliados lograron una rápida victoria en solo dos horas pese a haber desembarcado a un kilómetro del punto acordado con la marina, ayudados por el cese del fuego artillero enemigo en mitad del avance gracias al ataque de los paracaidistas. BRITÁNICOS Y CANADIENSES al oeste de los estadounidenses se encontraba la primera playa asignada a las tropas del Mariscal Montgomery, Gold. Al igual que en la vecina Omaha la costa estaba dominada por escarpados acantilados hasta un sector al este del pueblo de Arromaches, adonde se dirigieron las lanchas de desembarco. Con los tanques todavía luchando por llegar a la arena los soldados ingleses, polacos y holandeses atacaron Le Hamel, desde donde un formidable cañón de 75mm dejaba fuera de combate todo carro que llegaba a la playa. La posición se encontraba defendida por numerosos nidos de ametralladora, por lo que no fue hasta las 14:30, tras siete horas de combates, que lograron tomar el pueblo y silenciar la artillería. Unas horas más tarde tuvieron que enfrentarse a un contraataque alemán en Villiers le Sec, pero ahora los shermans ya se habían unido a la infantería y lograron rechazarlos sin problemas. Capturando una sere de detallados mapas con las defensas alemanas que les sirvieron para continuar la marcha hacia el interior rodeando los puntos de mayor resistencia. Finalmente en la playa de Sword fue donde los británicos lograron un mayor progreso, gracias a que los vehículos quitaminas llegaron junto al mismo tiempo que los comandos de Lord Lovat. Al son de la gaita estos soldados de élite se abrieron paso sin problemas a través de las líneas alemanas, y, tras rechazar un ataque de la 21 división panzer alemana prosiguieron con su marcha hasta enlazar con los paracaidistas. Si bien con suerte desigual, el desembarco de Normandía había sido un éxito. Al día siguiente todas las playas ya estaban bajo control aliado, y empezaba la llegada de refuerzos y suministros al tiempo que se construían una serie de muelles flotantes para facilitar la operación. A través del bocage normando americanos y británicos tuvieron que ir reduciendo una tras otra las posiciones defensivas alemanes, dirigiéndose hacia el estratégico puerto de Cherburgo en la península de Cotentin al oeste de Normandía. En su avance se encontraron con una resistencia menos organizada de lo que esperaban, pues Rommel se hallaba en Alemania por el aniversario de su mujer y fue fusilado al poco por su supuesta participación en un complot para asesinar a Hitler. Este se obstinó en dirigir personalmente la campaña desde Baviera, de manera que sus generales debían esperar a veces más de 24 horas hasta que llegaban las órdenes. Semejante inactividad permitió a los aliados capturar finalmente Cherburgo el 26 de julio solo para encontrarse conque los nazis habían dinamitado el puerto y estaba inservible. Pese a ello el progreso aliado fue imparable gracias a su superioridad numérica, el 9 de julio caía Caen dejando el paso libre al interior de Francia, y a finales de agosto París era finalmente liberada. Empezaba el principio del fin del Tercer Reich. fte: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/desembarco-normandia_19674
  15. León Fandiño

    Bonus y Códigos WoWs

    activado, gracias
  16. León Fandiño

    QUERIDO DIARIO

    Yo tambien estoy viendo xq cambiar el Gascogne, que esta criando percebes... pensé en el Florida!!
  17. León Fandiño

    Las ovejas paracaidistas italianas, clave en la invasión de Abisinia.

    Estarían los etiopes estupefactos ver caer animales vivos del cielo!!!
  18. Esta informacion pertenece al blog https://fdra-naval.blogspot.com/ Con este tema si que podrían hacer una buena peli o serie, siempre que no sea británica, porque si no ya sabemos de que color "pintará" la historia.... e indagar en el tema del Invencible si fue hundido por unos Exocet o no!!
  19. León Fandiño

    Destructor Porter, el barco más torpe e incompetente de la historia.

    Veinticuatro horas después, el Porter tomó su posición junto al resto del convoy, no sin dejar de ser blanco de burlas y chuflas de todo tipo por parte del resto de la marinería. Durante su viaje por el Atlántico el convoy tendría que navegar por aguas infestadas de submarinos alemanes. Una de las tareas de escolta del Porter sería la de, llegado el caso de un ataque submarino, lanzar cargas de profundidad contra aquellos U-Boot alemanes. El 12 de noviembre una gran explosión sacudió las aguas. Todos los barcos del convoy tocaron a zafarrancho de combate y comenzaron la ejecución de maniobras de evasión, porque era evidente que un submarino enemigo rondaba por allí. Tal vez los nazis tenían información de la misión secreta y trataban de acabar con la vida del presidente de los Estados Unidos que viajaba en el USS Iowa… Minutos después se recibía un tímido aviso de nuestro destructor: no había ningún submarino alemán, sino que una de las cargas de profundidad no tenía el seguro puesto y se había soltado accidentalmente de su cubierta, cayendo al mar y produciendo la explosión. Tras este nuevo incidente, el almirante Ernest King, al mando del convoy, tomó la radio y ordenó al capitán Walter que acabara con los despropósitos y empezara a actuar correctamente, por lo que Walter se comprometió firmemente a «mejorar el rendimiento de su barco«. Pero… Tras lo ocurrido, y como es comprensible, todo el mundo en el convoy estaba nervioso. Tal vez como medida de distracción y para tranquilizar los ánimos, el propio presidente Roosevelt propuso a la tripulación del Iowa que le hicieran una demostración de sus defensas antiaéreas. Dicho y hecho, se lanzaron al aire varios globos meteorológicos y los cañones del Iowa comenzaron a disparar bajo la atenta y complaciente mirada de Roosevelt, que también observó cómo el aire arrastraba algunos de esos globos en dirección a nuestro destructor. Fue entonces cuando el capitán Walter, ansioso por causar buena impresión después de todo lo sucedido, pensó que era una oportunidad única para rehabilitar su mala imagen, por lo que dio orden a sus cañoneros de disparar contra cualquier globo perdido por los artilleros del Iowa. Todo marchó bien, y el Porter incluso hizo blanco en varios de aquellos globos perdidos. El capitán Walter estaba crecido: era su momento, había que lucirse, ¡por fin dejarían de ser la burla de la US Navy!, así que ordenó a su tripulación llevar a cabo un simulacro de ataque con torpedos (durante los simulacros se retiraban los detonadores de las cargas explosivas que expulsaban los torpedos de sus tubos, por lo que realmente los torpedos no eran lanzados al agua). Pero claro, para calcular correctamente los tiempos de los falsos lanzamientos necesitaban también un blanco al que apuntar, y el objetivo más cercano era el USS Iowa (el del presidente). «¡Fuego el uno!» —gritó el oficial de cubierta del Porter— y se simuló el lanzamiento del primer torpedo. Comprobado el rumbo que hubiese tomado el falso torpedo se ordenó. «¡Fuego el dos!«, y de nuevo la misma operativa. «¡Fuego el tres!»… pero entonces sucedió algo distinto: se escuchó un silbido y la tripulación vio cómo un torpedo salía del tubo. Acababan de lanzar un torpedo contra el Iowa y contra el presidente Roosevelt.. En medio del caos, el capitán Walter advirtió por radio al Iowa que girara rápidamente a estribor. El giro fue tan brusco que la silla de ruedas del Presidente —con Roosevelt sentado en ella— estuvo a punto de caerse por la borda. Finalmente, y por los pelos, el USS Iowa logró evitar el torpedo. «Perdón, hemos sido nosotros». Fue todo lo que el capitán Walter pudo decir. Tras casi hacer impactar un torpedo en el acorazado donde viajaba el presidente Roosevelt, el avergonzado perdón que pidió el capitán Walter no le sirvió para evitar que su barco fuera inmediatamente expulsado del convoy, ni tampoco para evitar que tanto él como toda su tripulación fueran sometidos a un Consejo de Guerra del que, tras las debidas investigaciones, quedó demostrado que se trató de un error. No obstante, el marinero que se olvidó de retirar el detonador del tercer torpedo, llamado Dawson, fue condenado a 14 de años de trabajos forzados, aunque Roosevelt le otorgó un perdón presidencial. Obviamente ya nadie iba a dejar que el Porter ni siquiera se acercara a una misión de alto nivel, por lo que fue enviado al único escenario donde la presencia de nuestro barco no preocupaba realmente a nadie: las Islas Aleutianas, en Alaska. Hay cero presidentes a los que poder asesinar en Alaska. Durante los primeros meses de exilio pareció disiparse la oscura sombra de su embarazoso pasado; todo iba bien. Pero un día, uno de sus marineros regresó a bordo borracho y decidió ponerse a jugar con sus cañones de artillería pesada, abriendo fuego e impactando un proyectil nada menos que en el jardín de la casa del comandante de la base, que en aquel momento celebraba una fiesta con otros oficiales y sus esposas. Por suerte únicamente causó daños materiales, pero la poca reputación que le quedaba al Porter (si es que le quedaba algo) quedó definitivamente asolada… al igual que quedaron las flores del jardín de la casa de su comandante. Servir en el USS William D. Porter era considerado un castigo, pero el final de la guerra se acercaba y todos los barcos eran necesarios en el frente, por lo que el Porter fue reasignado al Pacífico: por fin tendrían una auténtica oportunidad de redención… o tal vez no. Una vez en el Frente del Pacífico, y a pesar de los esfuerzos del comandante Charles M. Keyes, que relevó al desafortunado capitán Walter en la dirección de la nave, la reputación de nuestro destructor no mejoró. Al contrario, se hundió todavía más cuando acribilló accidentalmente al destructor USS Luce durante los primeros momentos de la batalla de Okinawa. Tras este nuevo incidente el Porter sirvió como apoyo para las tropas que trataban de conquistar aquella isla; utilizó correctamente sus defensas antisubmarinas y hasta llegó a derribar cinco aviones japoneses. Lamentablemente, poco después se informó que también había derribado por error tres aviones norteamericanos. Y así llegamos al final de esta historia. El 10 de junio de 1945 el Porter fue atacado por un avión kamikaze. Nuestro barco se defendió y el avión japonés fue alcanzado y derribado por las defensas antiaéreas, estrellándose en el océano pero sin explotar. La tripulación estaba eufórica: parecía que las cosas cambiaban a mejor. Pero no se habían dado cuenta que el avión kamikaze extrañamente había continuado bajo el agua su trayectoria en dirección hacia el destructor, y justo cuando pasó por debajo de su quilla explotó. Tres horas más tarde el USS William D. Porter se hundía para siempre en el océano. En otras palabras, el barco más torpe e incompetente de la Segunda Guerra Mundial, fiel a su desastrosa e hilarante historia, fue hundido accidentalmente por un avión que ya se había estrellado en el mar. Esta informacion pertenece al blog https://historiasdelahistoria.com/ Esta ya me suena que la habias sudido @Magirus_Deutz peazo anecdotas de este destructor!!
  20. León Fandiño

    No conecto con el servidor del juego

    yo acabo de jugar un par de partidas..
  21. León Fandiño

    Corbetas de la Clase Descubierta.

    El marido de la prima de mi madre, que hizo carrera en la marina, estuvo en la Baleares unos cuantos años, y estuvieron algunos meses por el Golfo Pérsico en misión de vigilancia y embargo a Irak!! Fue el mismo que ya había comentado por aqui sobre la Canarias, que nos regalara un cenicero hecho con el casquillo 203mm de un proyectil de la Canarias..
  22. León Fandiño

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    Gracias por los códigos aportados...
  23. Por tener, tienen mucho donde elegir para hacer alguna buena peli bélica, o mismamente una Serie.. pero como siempre el tema económico es un lastre para muchas de estas producciones!!
  24. León Fandiño

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    este no valia, decia que esstaba caducado, pero gracias igualmente
  25. León Fandiño

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    gracias pr el aporte