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Alguien lo citó en un hilo y me entró la curiosidad por este personaje. Hay mucho más sobre las andanzas del personaje, pero esto es lo que encontré en la Wikipedia referido al submarino de Isaac Peral. Si es cierto, es penoso. Sabotaje al inventor del submarino y sus turbios negocios españoles Durante los años de 1886 a 1889, coincidiendo con las maniobras para hacerse con la ametralladora Maxim, también tuvieron lugar acciones de Zaharoff para conseguir hacerse con el submarino de Isaac Peral; aunque estos hechos son menos conocidos. Zaharoff y Noredenfelt trataban, por aquellos años, de desarrollar un submarino para incrementar sus negocios. Con la colaboración del reverendo inglés Garrett, construyeron unos defectuosos aparatos que, con una hábil campaña de prensa, hicieron pasar por submarinos y consiguieron estafar a los gobiernos griego, turco y ruso respectivamente. Los aparatos, con propulsión de vapor; por tanto, totalmente inadecuados para la navegación submarina, fracasaron estrepitosamente cuando fueron probados por las respectivas marinas que los adquirieron. Además de los problemas derivados del defectuoso sistema de propulsión, adolecían de un grave problema de inestabilidad y, de hecho, el turco se desniveló al disparar un torpedo de ensayo, se puso vertical y se hundió de popa. Paralelamente, y en los mismos años, el inventor español desarrollaba el primer submarino, propiamente dicho, de la historia: resolvió al mismo tiempo, los retos que suponía dicha invención, en materia de propulsión, estabilidad y armamento. Isaac Peral diseñó y construyó el primer submarino de la historia que navegó sumergido, con buen gobierno y que disparó torpedos, dentro y fuera del mar. El submarino de Isaac Peral estaba dotado de propulsión eléctrica, periscopio, aparato de punterías, aguja compensada, giroscopio, corredera eléctrica, tubo lanzatorpedos y servomotor para mantener la estabilidad y el trimado del buque en toda circunstancia: en inmersión y durante la delicada maniobra de disparo de torpedos. Zaharoff, tuvo conocimiento, con asombrosa rapidez, de los trabajos del joven inventor y oficial de la Armada española. Previamente a la autorización de las obras, ya había inspeccionado en persona, los planos y la memoria que el inventor había entregado al ministerio de Marina español, en las dependencia del propio ministerio. Más adelante, y coincidiendo con la presencia de Isaac Peral en Londres, trató, infructuosamente, de entrevistarse con él, valiéndose de uno de sus agentes y compañero de Cuerpo del inventor. Peral rehusó por dos veces, pero ante la insistencia, accedió a entrevistarse con el dueño, Nordenfelt, quién le propuso asociarse con ellos o que le vendiera, por separado, la patente del servomotor de estabilidad. Isaac Peral rechazó ambas ofertas y firmó, sin saberlo, su sentencia en ese mismo instante. Zaharoff, se empleó a fondo y con sus típicos ardides en su contra. El inventor español, al igual que Maxim, sufrió cuatro sabotajes durante las pruebas (el primero de ellos, en la prueba previa, en presencia de la jefatura del estado español), pero, Peral, más precavido que el norteamericano, salió airoso de todos ellos. Pese a ello, Zaharoff, que iniciaba sus pervertidos métodos empresariales (conocidos, más adelante, como Sistema Zaharoff), consiguió interponerse entre el inventor y su propio gobierno, y obtuvo, al final, un fallo del gobierno español en contra del invento del submarino, con lo que el mencionado gobierno desarmó a su nación para un futuro conflicto bélico que ya se perfilaba en el horizonte (la Guerra entre españoles y americanos de 1898). Zaharoff, viajó a España en repetidas ocasiones durante los años de 1886 a 1890, con un triple objetivo: boicotear el submarino de Peral, vender armas a los ejércitos españoles y adquirir una fábrica de armas española. Tuvo éxito en todos ellos, principalmente, porque estableció una relación amorosa con María del Pilar de Muguiro y Beruete, que le franqueó muchas puertas. Pilar era hija del poderoso magnate de la banca Fermín Muguiro, hombre fuerte del régimen y amigo personal del jefe del partido conservador español y sobrina de Segismundo Moret, caudillo del progresismo español y mano derecha del jefe del partido liberal Cánovas. Además, estaba casada con un primo, deficiente mental, del rey Alfonso XII: Francisco María de Borbón, duque de Marchena y Grande de España; título que le permitía acceso, sin previo aviso, a Palacio. Durante uno de estos viajes se detectó la presencia de Zaharoff en los astilleros donde se construía el submarino español, pero las autoridades españolas “taparon” el asunto. Mediante la compra de una de las mejores empresas de armamento española (EusKalduna), situada en el norte del país, a la que rebautizaron como The Placencia de las Armas Co. Ltd; y gracias a su peculiar relación amorosa (él atribuyó, siempre, una de las claves de su éxito profesional al mencionado affaire amoroso), creó un núcleo poderoso dentro de España, de influyentes políticos, periodistas y altos funcionarios militares que le sirvieron de manera perfecta en sus poco escrupulosos propósitos. Gracias a este frente, que rápidamente, tomó partido en contra del desarrollo del submarino de Isaac Peral, consiguió que el Gobierno español, a pesar del notorio éxito de las pruebas oficiales del mismo, desestimara oficialmente el invento. Después de The Placencia de la Armas Co. Ltd; empresa con la que estafó al Gobierno español vendiéndole armas inservibles y de escasa, o más bien nula, utilidad para España, durante la guerra del 98 (además, dicha empresa, proporcionó a Maxim información relevante y “sensible” que pasó a su gobierno durante el conflicto), vino la Constructora Naval y, pocos años después, la Sociedad Española de Construcción Naval, filial de Vickers en España y a la que se adjudicó, por parte del Gobierno español, el monopolio de la construcción naval y de todos los astilleros españoles. La sombra de la estafa, la prevaricación y el cohecho sobrevolaron sobre este fabuloso negocio para el peligroso traficante de armas. Un oficial jurídico de la Armada española denunció al propio gobierno por dos presuntos delitos de prevaricación. El gobierno actuó expeditivamente y con especial crueldad contra los oficiales de la Marina española hostiles al decreto: fueron destituidos el Jefe del Estado Mayor Central y el Jefe de la Asesoría Jurídica de la Armada y cientos de oficiales fueron encarcelados y separados del Cuerpo. El poder de Zaharoff sobre España se prolongó hasta su muerte, que coincidió con el comienzo de la Guerra Civil de 1936. Además, como quedó acreditado durante la Comisión Nye del Senado americano de 1934, Zaharoff cobró cuantiosas comisiones en las transacciones que se hicieron entre empresas extranjeras y el gobierno español (por ejemplo, cobró entre un 5 y un 7% de los submarinos americanos vendidos a España, durante todos estos años).