Magirus_Deutz 8.727 Denunciar mensaje Publicado June 6, 2021 La mañana del 23 de septiembre de 1859, emergía en las aguas del puerto de Barcelona un extraño pez de madera del cual tras abrirse una escotilla apareció un hombre, este hombre no era sino que don Narciso Monturiol y el extraño pez, el submarino Ictineo I. Réplica del “barco pez” Ictineo I (Antoni Casinos Va) Ante un público barcelonés atónito, esta embarcación submarina que su propio inventor bautizó Ictineo I, fue el primero de la historia submarina de España y el primero de la historia mundial en muchos aspectos. Narciso Monturiol Narciso Monturiol Estarriol (1819-1885), era natural de Figueras en la provincia de Gerona, fue un ingeniero, intelectual, político e inventor. Según cuenta la leyenda, se inspiró en el diseño del Ictineo I al presenciar la muerte de un recolector de corales. Su intención a partir de ese momento sería la de diseñar una nave capaz de sumergirse y recolectar dichos corales manteniendo en todo momento la seguridad de recolector que viajaría y operaria el submarino. El Ictineo I La etimología del nombre del submarino, Ictineo I, proviene de combinar las palabras griegas Ichtus (pez) y naus (nave). Este submarino fue construido en los astilleros barceloneses de Nuevo Vulcano siendo botado el 28 de junio de 1859, desplazaba 10 toneladas, con unas dimensiones de 7 metros de eslora por 2,5 metros de manga y 3,5 metros de calado. Su cota de inmersión en pruebas era de 50 metros aunque estaba diseñado para alcanzar los 500 metros. Para ello, como en los modernos submarinos, disponía de dos cascos, el casco exterior de madera con revestimientos de cobre con forma de pez, y el casco interior o de presión con una capacidad de 7 m3 o de cuatro personas de capacidad, entre ambos estaban ubicados los tanques de flotación accionados por aire comprimido, un depósito de oxigeno y otro de hidrógeno. Una de las características innovadoras del Ictineo I que destacaba notablemente frente a los otros submarinos y sumergibles existentes de la época, fue la máquina generadora de oxígeno y purificadores de aire que inventó Monturiol. Mediante este ingenio, les garantizaba la independencia de la atmosfera exterior y la consiguiente supervivencia en el interior del submarino, llegando a tener una autonomía de aire respirable en algunas ocasiones en inmersiones de prueba de hasta 6 horas. Su propulsión era mediante la fuerza humana accionada por manivelas por 3 o 4 hombres, su hélice de palas planas le daba una velocidad de 3 nudos y el control del submarino se conseguía mediante unas vejigas orientables y un timón en la popa. Detalle del Ictineo I (Antoni Casinos Va) Con todo ello Monturiol ya había realizado casi 60 inmersiones de prueba, pero fue ese día en Barcelona cuando lo presentó al público ante una gran expectación de las autoridades civiles, militares y la ciudadanía de Barcelona. La demostración tuvo una duración de 2 horas y 20 minutos, navegando por el puerto en inmersión hasta una profundidad de 20 metros y completamente aislado de la atmosfera exterior, cosa que extrañó mucho al público que lo observaba. El 7 de marzo de 1861 realizaría la misma prueba de navegación en Alicante, con autoridades estatales presentes como el ministro de Marina Juan de Zavala o el de Fomento Antonio Cánovas del Castillo. En esta ocasión en Alicante Monturiol intentó captar la atención del gobierno español para lograr financiación para el nuevo submarino en el que ya estaba trabajando. Aún habiendo demostrado las capacidades del Ictineo I, el éxito de la demostraciones fue parcial, por un lado despertó la curiosidad de la opinión pública pero por otro se consideró al submarino poco útil. Un caso similar al sucedido con el submarino del inventor Robert Fulton, en donde tanto el Almirantazgo británico como la Marina de guerra francesa consideraron que “el submarino era un medio poco honorable de hacer la guerra”. Claro que la intención de Monturiol era utilizar el submarino para fines industriales como el recolectar corales, aunque no descartaba del todo un uso militar. A pesar de ello Narciso Monturiol no cejó en su empeño de mejorar su invento, y por medio de una carta solicitando colaboración popular en la prensa, pretendía conseguir el dinero suficiente para poder desarrollar un modelo nuevo de submarino. Sorprendentemente consiguió recaudar 300.000 pesetas de la época y con ellas fundó la empresa “La Navegación Submarina”. La intención de esta nueva empresa era la de desarrollar un submarino más avanzado y grande que el Ictineo I, para la explotación industrial del fondo marino y la investigación científica con fines pacíficos como objetivo principal y obviamente sin descartar el uso militar con algunas variaciones en su diseño. El Ictineo II Para la construcción y el desarrollo de este segundo submarino Monturiol contó con la ayuda del arquitecto naval Juan Monjo y el ingeniero industrial José Pascual, responsable del diseño del sistema de propulsión. Réplica del Ictineo II antes de ser instalado en la plaza que lleva su nombre (Antoni Casinos Comas) El nuevo submarino se lo bautizó a Ictineo II y fue botado en Barcelona el 2 de octubre de 1864. Desplazaba 46 toneladas, sus dimensiones de 14 metros de eslora, por 2 metros de manga y 3 metros de calado. Disponía de una innovación tecnológica en materia de propulsión que no se utilizaría a pleno rendimiento hasta prácticamente 80 años más tarde. El Ictineo II era propulsado por una maquina a vapor que no utilizaba los combustibles clásicos como petróleo o carbón, si no que el combustible empleado era una combinación de magnesio, peróxido, zinc y cloruro de potasio que combinados reaccionaban generando calor para la producción de vapor, de la combustión de estos químicos se obtenía otro elemento necesario para el submarino, el oxigeno, útil para la respiración de la tripulación y la iluminación. Por lo tanto, Monturiol y su equipo inventaron la propulsión anaeróbica, completamente independiente del aire del exterior. Esta máquina de vapor le daba al Ictineo II hasta 4,5 nudos de velocidad. Ictineo II Este sistema de propulsión fue utilizado más adelante por los submarinos de la Kriegsmarine, primero por el prototipo V-80 en 1940 y en 1943 por los submarinos del tipo XVII. En la actualidad este sistema, con algunas variaciones, sigue plenamente operativo como alternativa a la propulsión nuclear. Submarinos tipo V-80 (izquierda) y tipo XVII (derecha) El interior tenía una capacidad de 29 m³ para acomodar hasta 20 personas. Su cota de inmersión no podía superar los 30 metros, aunque disponía al igual que el Ictineo I de dos cascos, externo y de presión, en pruebas se detectaron algunos problemas de estanqueidad. Por tanto el Ictineo II se convirtió por derecho propio en el primer submarino de la historia en ser propulsado por un motor de combustión además de disponer de una atmosfera interior completamente independiente del exterior. Las exhibiciones y pruebas del submarino fueron todo un éxito, mas no lo fue tanto la compañía de “La Navegación Submarina” que quebró en 1864. Ante la falta de dinero y de apoyos Monturiol abandonó el proyecto del Ictineo para siempre. Monumento a Monturiol en el centro de Barcelona (Antoni Casinos Va) A partir de 1868 Narciso Monturiol volvió a la actividad política, y también a la de inventor. Sus dos submarinos no tuvieron mejor destino, el Ictineo I resultó destruido al ser arrollado por un barco mercante estando atracado en puerto mientras se encontraba en estado de abandono, al Ictineo II Monturiol ordenó desguazarlo. Parecía que la mala suerte lo perseguía, murió arruinado en 1885. En memoria de Monturiol Aunque es evidente que ninguno de los “peces-barco” sobrevivió, actualmente hay construidas dos réplicas de los Ictineo. El Ictineo I se halla en exposición permanente en la entrada del Museo Marítimo de Barcelona, en cuanto al Ictineo II se encontraba a la vista de la ciudadanía y de los actos vandálicos de otros, en la plaza del Ictineo, entre el Muelle de Bosch y Alsina y el Muelle de España. Hace unos años fue retirado de su sitio. En el año 1993 se filmó una película llamada “Monturiol, el señor del mar”, dirigida por Francesc Bellmunt e interpretada por Abel Folk como Monturiol. En esta película se puede observar a las réplicas de los Ictineos navegando tal y como debió ser allá por 1859 y 1864. Fotograma de la película, recreación de la prueba de inmersión del Ictineo I en Barcelona Los otros inventores españoles Coetáneos españoles de Monturiol se encontraban los inventores Cosme García Sáez (1818-1874) y Antonio Sanjurjo (1837-1919). Cosme García diseño y construyó un submarino llamado el “Garcibuzo” en Barcelona por la “Maquinista Terrestre y Marítima”, siendo probado en Alicante el 4 de agosto de 1860. Como Monturiol, no obtuvo ningún apoyo del gobierno de España, su hijo Enrique García lo ofreció al gobierno español durante la guerra hispano-estadounidense, sin éxito. Cosme García y su “Garcibuzo” Antonio Sanjurjo construyó un submarino, o como lo llamaban entonces “boya-submarino”, en 1898 con objeto de defender el puerto de Vigo en caso de ataque estadounidense. Las pruebas del sumergible llamado Sanjurjo, se realizaron con éxito el 12 de agosto de 1898 en el mismo Vigo. Tenía un desplazamiento de 4,25 toneladas, y unas dimensiones de 5,20 metros de eslora y un puntal de 3,75 metros. Su propulsión era manual con una velocidad máxima de 2 nudos y una autonomía de 5 horas, su cota de inmersión era de 20 metros y su dotación de 3 tripulantes. Para la defensa del puerto disponía iba equipado con 2 minas de contacto. Antonio Sanjurjo y su “boya-submarino” Sanjurjo. Por último y aunque merece un artículo aparte mencionaré al científico y militar español Isaac Peral (1851-1895), considerado por muchos el inventor del submarino moderno. A diferencia del Ictineo II mucho más parecido en diseño, el submarino de Isaac Peral ya disponía de elementos modernos. Estaba construido en acero con propulsión eléctrica iba armado con tres torpedos, su cota de inmersión era de 80 metros y estaba tripulado por 12 personas; tenía una nada desdeñable autonomía de 396 millas náuticas a 3 nudos aunque su velocidad máxima era de 10 nudos. Habiendo superado todas las pruebas, la Armada consideró que su autonomía no era la adecuada, y el programa quedó cerrado. Isaac Peral con su submarino Paradójicamente los primeros submarinos de la Armada española llevaron los nombres de estos inventores españoles, aunque ninguno de estos submarinos era de construcción nacional. El primero el Peral A-0 era de construcción norteamericana, el resto de construcción italiana del tipo F o Laurenti eran los A-1 Narciso Monturiol, A-2 Cosme García y A-3 sin nombre, todos ellos entraron en servicio en la Armada en 1917. En el año 2007 la empresa Ictineu Submarins S.L. a través de un programa de Micromecenazgo construyeron el mini submarino Ictineo 3, destinado principalmente a la investigación científica y a tareas submarinas de diversa índole. Tiene un desplazamiento de 5 toneladas, y sus dimensiones son de 4,8 metros de eslora, 1,9 metros de manga y puntal de 2,8 metros. Su propulsión es eléctrica con una autonomía de 10 horas. El habitáculo hay espacio para acomodar a tres personas, 1 tripulante más dos pasajeros y su cota de inmersión máxima es de 1.200 metros. Actualmente se encuentra en construcción una nueva serie de cuatro submarinos para la Armada española, la serie S-80, para substituir a los veteranos de la serie S-70. Con esta nueva serie de submarinos la Armada española les dará a cada uno de ellos los nombres de los precursores de la invención e incorporación del submarino en España tal y como hizo con los primeros, estos nombres son: Isaac Peral S-81, Narciso Monturiol S-82, Cosme García S-83 y Mateo García de los Reyes S-84. La propulsión de estos cuatro submarinos constará de la AIP o Propulsión Independiente del Aire, basada, al menos sus principios, en la que inventó el equipo de Narciso Monturiol 153 años atrás. Esta informacion pertenece al blog https://envisitadecortesia.com/. 2 Compartir este post Enlace al mensaje Compartir en otros sitios