Magirus_Deutz 8.787 Denunciar mensaje Publicado January 4, 2023 El viernes del 27 de noviembre de 1981 fue un día repleto de actividades para parte de la dotación del portaaviones francés Clemenceau, llegaron un día antes y tras un breve descanso se prepararon para disfrutar de los encantos de la ciudad. Primero visitaron el barrio gótico y después fueron recibidos en el Ayuntamiento, más tarde el almirante Salas Pinto invitó al comandante del portaaviones y a su oficialidad a un almuerzo; y por la tarde en la sede del Instituto Francés se ofreció otra recepción en honor a los marinos en la que pudo participar parte de la colonia francesa de la ciudad Condal. Portaaviones Clemenceau (imagen de Antonio Casinos Comas) Pero mientras los marinos franceses se disponían a descender a tierra para disfrutar de esa jornada, otros ponían sus miradas en la bocana del puerto ya que un nuevo buque de guerra visitaría la ciudad. La nacionalidad del barco no era novedad, norteamericana, pero si el tipo y su nombre, era la primera visita de una fragata de la clase Oliver Hazard Perry , concretamente lo hacía la cabeza de serie, este era un nuevo tipo de escolta que la Marina de guerra de los Estados Unidos estaba incorporando a su flota y pronto también lo haría la Armada Española. Llegada de la fragata USS Oliver Hazard Perry a Barcelona (imagen de Jordi Montoro) La USS Oliver Hazard Perry (FFG-7) se encontraba de regreso a casa en el que fue su segundo despliegue en el Mar Mediterráneo. A su llegada a Barcelona provenía de aguas francesas en donde había participado con unidades de la Marine Nationale en el ejercicio Îles d’Or. Y a su partida de Barcelona, el 5 de diciembre, tardaría apenas dos semanas en llegar a su base en Mayport el 21 de diciembre y dar por terminado este crucero. La fragata norteamericana quedó atracada en el Muelle Sur (imagen de Jodi Montoro) La fragata USS Oliver Hazard Perry fue la cabeza de serie de una exitosa clase de escoltas diseñadas por completo por ordenador, han estado operativas en la US Navy hasta bien entrado el siglo XXI. Muchas fragatas de esta serie se han visto involucradas en graves incidentes como la USS Samuel B. Roberts que chocó contra una mina, o la USS Stark que recibió el impacto de dos misiles Exocet iraquíes. En la actualidad aún quedan muchas de ellas operativas fuera de Estados Unidos como las Santa María españolas y muchos otros países las están adquiriendo de segunda mano. Sin embargo, esta larga carrera de luces y sombras no habría sido posible sin una mano salvadora que apareció en un momento muy oportuno. La clase Oliver Hazard Perry A principios de los años ’70 la US Navy disponía de una heterogénea flota de escoltas repartida en no menos de siete clases distintas de destructores antiaéreos y antisubmarinos. Entre ellos estaban los Gearing, Allen M. Sumner, Mitscher, Norfolk, Forrest Sherman, Farragut, Charles F. Adams y por último los destructores descolta (y luego fragatas) de la clase Knox. Todos ellos tenían una variada configuración de armamento y algunas series eran más capaces que otras en cada una de las misiones a desarrollar. Muchos de estos barcos fueron diseñados poco después de la Segunda Guerra Mundial y ya necesitaban una renovación urgente. La solución se presentó en forma de un nuevo diseño, rompedor para la época, que se fraguó por vez primera en un ordenador gracias al equipo de Raye Montague. La estética de las Oliver Hazard Perry rompía con el clásico diseño de destructor visto hasta ese momento, su apariencia perdería la silueta clásica con sus chimeneas altas e incluso perdería su cañón de proa o popa en favor de un lanzamisiles y una cubierta de vuelo. E incluso su planta motriz se vería modificada dejando atrás las turbinas de vapor por las turbinas a gas. Impresión artística de la fragata lanzando lo que parece ser un misil Harpoon (vía Naval History and Heritage Command) Estos escoltas se calificarían como fragatas y el resultado fue un buque capaz de dar escolta a grupos de portaaviones, convoyes y agrupaciones anfibias. Serían armados con misiles antiáereos SM-1 Standard, misiles antibuque Harpoon, un cañón de 76 mm. y una potente plataforma de guerra antisubmarina compuesta por hasta dos helicópteros SH-60B Sea Hawk y torpedos. Se construyeron en total 71 buques entre 1975 y 1989 para la US Navy en dos series denominadas como ‘short-hull’ y ‘long-hull’ (casco corte y casco largo) de los que ya no queda ninguno operativo en la US Navy. En este periodo de tiempo 6 fueron construidos para Australia en los Estados Unidos formando la clase Adelaide y otros 6 se construyeron en España bajo licencia para la Armada pertenecientes a la clase Santa María. Fragatas USS Oliver Hazard Perry con el 7 en su proa, la USS Antrim con el 20 y la Jack Williams con el 24. La fragata La USS Oliver Hazard Perry sería construida en los astilleros norteamericanos de Bath Iron Works Corp. en Bath, siendo botada el 25 de septiembre de 1976 y entregada el 17 de diciembre de 1977. Fue nombrada en honor al oficial de la marina del mismo nombre del siglo XIX. La USS Oliver Hazard Pery (vía Naval History and Heritage Command) Desplazaba 4.100 toneladas con una eslora de 136 metros por 14 metros de manga y 6,7 metros de calado. Era propulsada por 2 turbinas a gas General Electric LM2500-30 de 41.000 SHP. que conectadas a un eje le daban una velocidad máxima de 29 nudos, y una autonomía de 5.000 millas nauticas a 18 nudos. Disponía además de dos motores auxiliares retráctiles de 350 HP. Dotación, 205 tripulantes. Interesante imagen de la hélice de la fragata con su timón desplazado a estribor (vía Wikipedia) Iba armado con un lanzador sencillo Mk.13 para misiles SM-1 Standard y RGM-84 Harpoon, 1 cañón OTO Melara Mk.75 de 76/62 mm., 2 lanzatorpedos triples Mk.32 de 324 mm. para torpedos antisubmarinos Mk.46, 4 afustes para ametralladoras de 12,7 mm. y con el tiempo se le instalaría un sistema CIWS Phalanx. Disponía además de una cubierta de vuelo a popa y hangar para operar con dos helicópteros Sikorsky SH-60B Seahawk LAMPS III. En primer plano el lanzador de la fragata con un misil SM-1 inerte Su electrónica embarcada constaba de un radar de descubierta aérea AN/SPS-49, de descubierta de superficie AN/SPS-55, radar de dirección de tiro STIR y sonar AN/SQS-56. Su equipo de guerra electrónica fue el AN/SQL-32. Supersticiones Es de sobras conocido que en el ámbito marinero siempre han existido las supersticiones, sobretodo en la antigüedad. Cosas como no hablar con un pelirrojo/a o menos aun embarcarlo a bordo, dañar a una gaviota, olvidarse de la ofrenda de las monedas de plata el día de la colocación de su quilla, partir un martes como aquel dicho de “en martes ni te cases ni te embarques”, o tener una mala botadura, gafaban al barco y muchos marinos no querían navegar con él. En este blog ya hemos tratado un barco que tuvo una mala botadura, como por ejemplo la fragata Paulita, que quedó encallada en la grada el 8 de agosto de 1849 y tres años más tarde naufragó en el Canal de Bahama. O el del vapor Olesa, el 8 de mayo de 1919, que tampoco quiso tocar la mar salada, este vapor en cambio tuvo mejor suerte y una larga vida. Un ligero empujón Las botaduras de los barcos son en cierta forma a los partos de los humanos, es sin duda alguna un gran acontecimiento en el que un nuevo navío se hace a la mar por primera vez. A estos eventos se invita, además de a representantes de la marina y constructores, a un nutrido grupo de gente que de una forma u otra ha tenido relación en la construcción de ese barco. La fragata preparada para su gran día (vía Navsource) Tampoco podía faltar su madrina que sería Joyce Pierson y esposa del ex Secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld, ella fue la encargada de romper la botella de champán en su proa como marca la tradición, pero tras retirar las cuñas que bloqueaban el descenso del barco por la grada, nada sucedió. Nada bueno podía augurar este hecho y tras unos segundos de angustia una alta figura apareció de la primera fila de invitados, invitados que vitorearon su nombre al verlo subir a la tarima desde donde la madrina había efectuado la ceremonia. Esta figura era ni más ni menos que el actor John Wayne, que fue invitado a la ceremonia al ser accionista del astillero. El famoso actor subió a la tarima, saludó a la madrina y ofreció su fuerte brazo para empujar la proa de la fragata por la grada, hecho que completó con éxito y fue aclamado por el público asistente, todo ello amenizado con los acordes de la canción Anchors Aweigh. En el vídeo puede verse la ceremonia a partir del punto 0:41 y también como el barco ya descendía por la grada lentamente antes que John Wayne le diera el empujón. El actor John Wayne orgulloso de haber colaborado en la botadura y al fondo la fragata tocando ya el líquido elemento (vía Navsource) La USS Oliver Hazard Perry tuvo una larga vida, a pesar de su difícil nacimiento, que bien merece un artículo aparte, tan solo mencionar que tras su baja el 20 de febrero de 1997 un grupo de aficionados y veteranos intentaron conservar a la fragata para convertirla en un museo. Pero dicho grupo no obtuvo la financiación necesaria y finalmente la fragata fue vendida para desguace en 2005. Esta informacion pertenece al blog https://envisitadecortesia.com/ 5 Compartir este post Enlace al mensaje Compartir en otros sitios