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Los ases de los U-boote:Gunther Prien y Otto Kretschmer.

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Los ases de los U-boote:Gunther Prien y Otto Kretschmer
 

Los ases de los U-boote:Gunther Prien y Otto Kretschmer

 

Gunther Prien

El arma submarina alemana amenazó gravemente la supervivencia de Gran Bretaña y los éxitos iniciales de los U-Boote hicieron concebir a muchos la idea de la próxima rendición británica. Responsable de algunos de estos triunfos iniciales, un comandante, Gunther Prien, representó dignamente a otros muchos héroes submarinistas.
 
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Los U-boote raramente atacaban en inmersión
ya que preferían el combate en superficie.
De igual forma, Prien, con el U-47 torpedeó
al Royal Oak en Scapa Flow en
 superficie, alejándose después del mismo modo
 
A las 01,16 horas del 14 de octubre de 1939 el acorazado británico Royal Oak fue torpedeado en el fondeadero de Scapa Flow. En 13 minutos, el buque, veterano de la batalla de Jutlandia, se hundió en sólo 24 m de agua, arrastrando consigo a 833 hombres. Un golpe excepcional que señaló la culminación de la breve carrera en combate de
Gunther Prien, comandante del U-47.
 
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Prien era un producto típico de la situación que atravesaba Alemania en 1920. Por aquellas fechas vivía pobremente en Leipzig con su madre, siempre con el pensamiento puesto en el mar, aunque estuviese muy lejano de su ciudad. Con sus escasos ahorros logró inscribirse en el Instituto Náutico de Finkenwerder, y más tarde se embarcó, como grumete, en un bergantín en ruta hacia México, a donde nunca llegó porque el velero naufragó al largo de Dublín. Prien se salvó y regresó a Hamburgo y, entre otras cosas, tuvo que pagar a la compañía una deuda de algunos marcos por el equipo de marinero que había recibido al embarcar.
Más tarde volvió a navegar en una serie de vapores norteamericanos y alcanzó el grado de cuarto oficial a la edad de 21 años. Tres años después, convertido en capitán, se encontró sin buque a su mando y conoció las colas de las oficinas de empleo. Por ésta y otras frustaciones, se unió al nacionalsocialismo, partido en el que veía, como muchos otros alemanes, la única fuerza capaz de restituir el poder y el prestigio de Alemania.
 
La escuela de Mando
Tras un breve período en el Cuerpo Voluntario de trabajadores, se enroló en la renaciente Armada {Kriegsmarine) y entró en la escuela de submarinos de Kiel a comienzos de 1933. Alcanzó el grado de comandante en poco más de cinco años y se le asignó el U-47, un «Tipo VIIB», recién completado en el astillero Germania de la misma ciudad y encuadrado en la 7.a Flotilla de submarinos cuyo distintivo (Wappen), pintado a ambos lados de la vela, era un toro sonriente. A mediados de agosto de 1939, teniendo ya la certeza del inicio de las hostilidades, el mando naval alemán envió al Atlántico septentrional 14 submarinos, de los que cinco pertenecían a la 7.a Flotilla, incluido el de Prien. Éste, dos días después del estallido de la guerra, ya había hundido su primer buque mercante británico, el Bosnia, seguido por otros dos, hasta totalizar 8 000 t. A primeros de octubre el prometedor comandante fue convocado a una reunión, en la que se describió, en líneas generales, un plan muy audaz para penetrar en la base naval británica de Scapa Flow, ideado y estudiado por el propio almirante Donitz quien solicitó la opinión de Prien. Expresada en sentido favorable, el comandante del U-47 recibió inmediatamente la orden de poner en práctica el plan, para lo que zarpó el 8 de octubre. Alcanzó las islas Oreadas el día 13, en condiciones metereológicas pésimas y se posó sobre el fondo durante todo el día.
Scapa Flow por aquellas fechas aparecía como un fondeadero casi desierto en comparación al período de su máximo apogeo, veinte años antes, cuando alojaba a la mayor parte de la gran flota británica. Por otra parte sus defensas estaban muy deterioradas y todavía no se habían iniciado los trabajos programados en el período prebélico para reforzarlas, de forma que se transfirió la Flota Metropolitana (Home Fleet) a la base de Loch Ewe por un largo período y en Scapa Flow sólo permanecieron unas pocas unidades. En sí, Scapa Flow era una superficie de agua desolada y turbulenta, con una extensión de 9,7 km y rodeada por las desnudas colinas de las Oreadas. Al fondeadero se accede a través de una docena de canales navegables, sometidos a fuertes mareas y, en su mayor parte, sembrados de bancos minados defensivos o con barreras antibuque fijas y móviles. Según la hipótesis de Dónitz, que se demostró correcta, era más probable que únicamente las barreras móviles fueran patrulladas y, por ello, poco antes de la medianoche del 13 de octubre, Prien comenzó a aproximarse al canal, con una anchura de 700 m, entre el escollo de Lamb Holm y la isla de Pomo-na sobre el lado de levante de la bahía.
Según las noticias del reconocimiento aéreo, se calculó que el canal, a pesar de los obstáculos y las viejas barreras, podría ser cruzado con la marea alta y, en efecto, el submarino logró encontrar el camino, aún rozando la playa y las barreras con su casco. Su audacia resultó premiada porque, superados los obstáculos, el U-47 fue libre para actuar, mientras las lanchas torpederas vigilaban las amplias extensiones de agua a sus espaldas y los motores diesel del submarino zumbaban levemente en la oscuridad de la noche. En un principio no se conseguía ver nada, pero después, a la derecha, recortada sobre el fondo de las colinas de Pomona, apareció la parte superior de la arboladura de un acorazado y, detrás, otras unidades, que Prien identificó como el Repulse más un acorazado clase «R», mientras hacía virar el U-47.
 
El hundimiento del Ark Royal
En realidad, los buques eran el Royal Oak, amarrado hacia el exterior, y el viejo portahidroa-viones Pegasus. El primero pertenecía a la 2.a Escuadra, que había regresado poco antes de una infructuosa búsqueda del crucero alemán Gneisenau, que operaba sobre las rutas del tráfico de aprovisionamiento británico. Mientras el resto de la escuadra regresó a Loch Ewe, el Royal Oak, y su escolta restaron como cobertura del cercano canal de la isla Fair, desde Scapa.
Prien permaneció en la superficie y acortó la distancia hasta 4 000 m. A las 0,58 horas lanzó tres torpedos, En aquella época, los torpedos alemanes eran deficientes, sobre todo por su tendencia a irse al fondo y la escasa fiabilidad de sus espoletas magnéticas. Se sintió una detonación amortiguada y nada más. A bordo del Royal Oak, algunos pensaron en un ataque aéreo, otros, en cambio, en una explosión interna; de cualquier modo, es probable que el torpedo alcanzase la cadena del ancla.
Con mucha calma, Prien viró el submarino y lanzó el único torpedo de popa, también esta vez sin ningún resultado pero tampoco, increíblemente, se produjo ninguna señal de alarma por parte británica. Una vez recargados apresuradamente los tubos, se lanzó otra salva de tres torpedos, de los que sólo dos dieron en el blanco, pero el golpe era suficiente como para hundir rápidamente al viejo acorazado. En 13 minutos el buque fue a reunirse en el fondo con los restos de la "Flota alemana de Alta Mar, ocho kilómetros más a poniente.
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Como resultado de una combinación de diversos factores, como las pequeñas dimensiones de la vela, el mal tiempo del Atlántico septentrional y la insuficiencia de la escolta, no es extraño que los U-boote lograran infiltrarse en el interior de los convoyes.
Mientras el fondeadero, ahora lleno de actividad, era surcado a lo largo y a lo ancho por pequeñas unidades, Prien se apresuró a salir por donde había entrado, maniobrando hábilmente con la corriente de la marea que se advertía bajo Lamb Holm y se encontró en aguas libres a las 2,15 sin sufrir ningún daño a excepción de la pintura del casco. A su regreso, el héroe de Scapa Flow fue recibido por el Führer en persona y nombrado Caballero de la Cruz de Hierro.
Aunque el Royal Oak era un buque anticuado, con un valor limitado, su pérdida supuso un golpe muy duro que abrió el camino a otros desastres. De hecho, la Home Fleet tenía que utilizar diversos fondeaderos que los alemanes minaron empleando los submarinos; de modo que las minas colocadas por el U-31 en Loch Ewe dañaron gravemente al acorazado Nelson y hundieron dos dragaminas, mientras las del U-21 destrozaron la popa del crucero Belfast y echaron a pique otras dos unidades en Firth of Forth.
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El regreso de Prien y de su U-47 después del hundimiento del Royal Oak, dio ocasión para una serie de festejos que culminaron con la concesión del título de Caballero de la Cruz de Hierro (RitterKreuz) al comandante del submarino, directamente de manos de Hitler.
Los torpedos defectuosos hicieron fracasar otra misión de Prien en la campaña de Noruega de abril de 1940, cuando no consiguió alcanzar a un crucero y algunos transportes anclados junto con el acorazado Warspite. En junio se formó el «Grupo Prien» con el U-47y otros seis submarinos, que operó con éxito en las proximidades de la costa occidental de Gran Bretaña, hundiendo 32 buques mercantes con un total 175 000 toneladas, de las que ocho unidades con un total de 51 000 toneladas se atribuyeron a Prien. Entre ellos hay que incluir el polémico hundimiento del antiguo buque de línea Arandora Star, repleto de pasajeros y entre ellos un gran número de ciudadanos alemanes que se dirigían a Canadá para ser internados.
Con el método, muy eficaz, de infiltrarse en los convoyes durante la noche -táctica que fue posible hasta el.momento en que se generalizó la instalación del radar en las unidades de escolta-Prien hundió en agosto de 1940 cuatro de los cinco buques que se perdieron del convoy SC 2 Halifax-Gran Bretaña. En octubre, avistado el convoy HX 79, Prien guió un ataque con otros cinco U-Boote que causó la pérdida de 14 buques, y el hundimiento de tres submarinos.
 
La última acción
El 6 de marzo de 1941, Prien localizó el convoy OB 293, con rumbo a poniente, y se preparó para atacarlo con otros cuatro submarinos. El convoy, fuertemente protegido, perdió en un primer momento cuatro unidades contra un U-Boote hundido y otro gravemente dañado. Prien permaneció junto a su presa con determinación, aprovechando su elevada velocidad en superficie y algunos chubascos, pero sin una observación cuidadosa de lo que sucedía a sus flancos. En esta situación, el destructor Wolverine, un veterano en la escolta de convoyes, le sorprendió, obligándole a sumergirse y no sin antes dañarlo tan gravemente que se fue rápidamente al fondo.
Prien, además del Royal Oak, hundió 30 mercantes con un total de 165 000 toneladas. Su desaparición fue reconocida por el Alto Mando alemán dos semanas más tarde, noticia que fue publicada junto a la concesión a título postumo de las Hojas de Roble a su Cruz de Caballero.
Sorprendentemente, tras un período de tres meses sin sufrir una sola pérdida, en el mes de marzo de 1941 se hundieron cuatro U-boote alemanes. De ellos, dos eran mandados por ases de los submarinos, el U-99 de Kretschmer y el U-100 de Schepke. Hábiles comandantes como los dos citados supieron aprovechar la intrínseca debilidad inicial del sistema de convoyes, pero sus pérdidas y la creciente mejora del sistema de escoltas, inclinaron lentamente a favor de los británicos la batalla del Atlántico, a pesar de que todavía quedaba un largo camino que recorrer hasta la victoria final.
 
 
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El Royal Oak, veterano de la primera guerra mundial, era un acorazado clase «R», parcialmente modernizado en el período de entreguerras. A pesar de que carecía del potencial de las unidades clase «Queen Elizabeth» de la misma época, su pérdida en Scapa Flow supuso, igualmente, un duro golpe para el orgullo británico.
 
Tipo VIIB Unterseeboot U-47
 
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. El «Tipo VII», caballo de batalla de la flota submarina alemana, se construyó en seis versiones principales. El ejemplar ilustrado es el U-47 de Prien, de la versión «B», con el distintivo del «toro que ríe» de la 7.' Flotilla pintado en la vela. El cañón antiaéreo de 20 mm fue luego instalado en candelero a popa del periscopio y completado con otras armas.
 
 
 Otto Kretschmer
El ataque al convoy SC 7 se produjo en la noche del 18 de octubre de 1940: los U-boote alemanes, entre los que se encontraba el U-99 de Kretschmer y el U-100 de Schepke, iniciaron el combate al anochecer. Kretschmer maniobró hacia el extremo del convoy en dirección a un buque que, de repente, saltó por los aires al ser torpedeado por otro submarino de la «manada de lobos». La silueta de un destructor enemigo se destacó en la oscuridad mientras el U-99 y el U-123 acortaban ¡as distancias; entonces el U-99 aumentó la velocidad perdiéndose en la oscuridad y volvió al ataque a las 22,00 horas.
 
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Cuando el ataque estaba a punto de finalizar, el U-99 se dirigió a la retaguardia del convoy con objeto de emplear sus últimos torpedos sobre algún buque retrasado. Kretschmer hundió nueve de los 17 navios que se perdieron del SC 7 y cuatro días después regresó a la base de Lorient, donde fue recibido como un héroe.
 
Durante la primera guerra mundial algunos comandantes de U-Boote experimentaron con éxito el ataque nocturno en superficie. Durante los primeros 18 meses de la segunda, unos cuantos osados submarinistas desarrollaron las tácticas de combate nocturno que diezmaron el tráfico británico en el Atlántico.
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Los daños provocados por los ases alemanes de los U-boote entre los convoyes fueron desproporcionados a su número.
 
En el trágico ataque al convoy británico SC-7 del 18 de octubre de 1940, Otto Kretschmer con su U-99 infligió más pérdidas él sólo que los otros siete submarinos participantes en el combate, regresando después a la base de Lorient, donde fue recibido como un héroe. Este ataque, que representó un éxito típico del almirante Donitz y sus subordinados, tuvo su origen en un informe del U-93 que indicaba la posición, ruta y velocidad del gran convoy aliado. Según la reglamentación táctica de los U-boote, el U-93 maniobró seguidamente para mantener el contacto, mientras que los submarinos alemanes que se encontraban a una distancia útil, se encaminaban hacia la zona. 
 
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El convoy, a su vez, intentó eludir al U-93 con resultados positivos pero fue descubierto de nuevo por el U-48 al atardecer del 17 de octubre. Los británicos, sin embargo, al sospechar que eran seguidos mediante la interceptación de las comunicaciones por radio, efectuaron algunas modificaciones en su ruta y el U-48 perdió nuevamente el contacto con el convoy. Donitz, ordenó entonces con gran rapidez a sus submarinos que se desplegaran sobre una línea de interceptación perpendicular a la probable ruta del convoy SC 7, que fue finalmente localizado en el extremo septentrional. Al anochecer, la «manada de lobos» de los U-boote se lanzó al ataque y hundió 17 buques.
Los ases de los submarinos no tenían en cuenta los procedimientos de ataque que habían aprendido antes de la guerra y se aproximaban a los buques enemigos navegando en superficie. Kretschmer prefería situarse sobre el lado oscuro del convoy de forma que las siluetas de los buques fueran bien visibles a la luz de la luna; si la oscuridad era muy densa, se aproximaba desde barlovento de forma que los vigías enemigos le confúndieran con el oleaje del mar. 
Mientras, según la reglamentación del sistema de ataque, numerosos U-boote atacaron en inmersión, desde el exterior del sistema de protección, el U-99 se infiltraba entre las columnas de buques, hundiendo uno tras otro. Kretschmer había dado órdenes para que ningún oficial del submarino, excepto él mismo, pudiese mandar una rápida inmersión, ya que estaba convencido de que la salvación había que buscarla en la superficie. Efectivamente, aunque todavía era bastante impreciso, el aparato ecogoniométrico Asdic de los buques aliados era capaz de localizar a los submarinos en inmersión y permitiría descargar sobre ellos una salva mortífera de cargas de profundidad.
Kretschmer, en cada combate, eludía por ello a las unidades de escolta gracias a su elevada velocidad en superficie, listo para el combate más que para huir sumergido. El final del U-99 probó que tenía razón. El 6 de marzo de 1941, el submarino participó en otro ataque, penetrando al oscurecer entre las unidades de escolta y hundiendo cuatro petroleros y dos transportes a las tres de la mañana. Era su cuarta acción en cuatro semanas y después de la última, escaso de combustible, emprendió el regreso a su base. Mientras Kretschmer redactaba el informe de fin de la misión, el joven oficial de guardia en la vela, presa del pánico al ver como dos cazas salieron imprevistamente de la oscuridad, ordenó la rápida inmersión. Los temores de Kretschmer se confirmaron: el U-99, localizado por el Asdic y perseguido por una salva de cargas de profundidad, con las luces apagadas, sin control, se sumergió por debajo de la cota de seguridad. Dado que el casco, situado al límite de la presión de rotura, comenzaba a resquebrajarse siniestramente, Kretschmer no tuvo otra opción que regresar a la superficie, y rendirse a los británicos.
Esta informacion pertenece al sitio web https://www.elsnorkel.com/
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