Magirus_Deutz 8.774 Denunciar mensaje Publicado October 11 El Último refugio Los submarinos alemanes en el Sur.. Primeros días de mayo de 1945. La Segunda Guerra Mundial terminaba en el escenario europeo. Con la ... Los submarinos alemanes en el Sur.. Primeros días de mayo de 1945. La Segunda Guerra Mundial terminaba en el escenario europeo. Con la muerte de Hitler y la caída de Berlín, la suerte de Alemania nazi estaba echada. También en el mar, donde la orgullosa Kriegsmarine vivía sus últimas horas. Su comandante, el almirante Karl Doenitz, había sido elegido por Hitler como fugaz heredero del Reich. Que iba a durar mil años, y apenas llegó a los doce. Mientras las unidades de superficie de la armada alemana eran utilizadas para rescatar a los miles de refugiados que huían del avance ruso por Prusia Oriental y Pomerania, y los acorazados Lützow y Admiral Scheer utilizaban sus cañones para retardar el avance soviético por la costa del Norte del mar Báltico, los submarinos, los temibles "lobos grises", causantes de las mayores pérdidas materiales y humanas que sufrieran los aliados en el mar, seguían haciendo su tarea. Los flamantes submarinos de las clases XXI y XXIII, sin embargo, llegaban demasiado tarde para cambiar el curso de la guerra en el mar. Los de la clase XXI, sobre todo, eran buques oceánicos capaces de completar operaciones sumergidos, recurriendo al schnorkel, y alcanzando mayor velocidad que todos los otros sumergibles. Pero los submarinos alemanes tenían problemas por falta de tripulaciones entrenadas (no hay que olvidar que los submarinistas, junto a las fuerzas de las Waffen SS, fueron las tropas germanas que tuvieron, proporcionalmente, el mayor número de bajas) y de combustibles, y por la pérdida de las bases de operaciones en Francia (Brest, en especial) y en Prusia Oriental, como señales de su próximo colapso. -------------------------------------------------------------------------------- La orden: autohundirse -------------------------------------------------------------------------------- Con este caótico panorama general, y en medio de la derrota, los comandantes de los submarinos alemanes recibieron la orden, radiada el 30 de abril, de que sus naves debían ser hundidas antes que ser entregadas a los aliados. Algunos de ellos, comenzaron su marcha hacia Noruega, donde se concentraron muchas unidades. Entre el 2 y el 6 de mayo, 21 submarinos fueron hundidos por la aviación aliada, mientras trataban de alcanzar ese punto de reunión final. El almirante Doenitz, que había ordenado la puesta en marcha de la operación "Regenbogen" (autohundimiento de la flota), debió dar marcha atrás en este punto para obtener un acuerdo de rendición con los aliados. El 4 de mayo, envió la contraorden a los comandantes de los submarinos. Muchos de ellos, sin embargo, descreyendo la autenticidad de ésta, hundieron sus naves (218 submarinos en total). El 8 de mayo, el almirantazgo británico les informaba, además, que para rendirse debían navegar en la superficie hasta los puertos establecidos, enarbolando una bandera negra. Este último punto resultaba indignante para los submarinistas, que identificaban esta insignia con la práctica de la piratería, y no querían verse enredados, concluida la guerra, en alguna trama judicial. Aquí, a la derrota se sumaba la humillación. De ese modo, el escenario estaba listo para el peregrinaje de los submarinos alemanes hacia el Sur, hacia su entrada en la leyenda. -------------------------------------------------------------------------------- La ruta argentina -------------------------------------------------------------------------------- Para los submarinos que al terminar la guerra se hallaban mar afuera, o refugiados en los profundos fiordos noruegos, la posibilidad de volver a sus bases en Prusia Oriental era inadmisible. Para sus tripulaciones, caer en manos de los rusos podría significar, en el mejor de los casos, terminar de "voluntarios" recogiendo minas en el Báltico. La Argentina, país neutral pro-germano casi hasta el final de la contienda, era un destino apetecible para llevar un submarino, hundirlo, y bajar a sus tripulantes, discretamente, en la vastedad de su litoral atlántico. El U-1203, por ejemplo, que se hallaba en Lofiord, detrás de Trondheim (Noruega), fue sorprendido por la orden de rendición. La tripulación decidió el camino por seguir. Algunos pretendían regresar a su base en Alemania, y otros, hundir el barco en la costa alemana y dirigirse, simplemente, a casa. Muchos de los tripulantes, sin embargo, propusieron como una mejor solución dirigirse a América del Sur, a la Argentina, aunque finalmente se tomó la decisión de rendirse en Noruega. Otros lo pensarían mejor. El 10 de julio de 1945, el U-530 llegó a la base de submarinos de Mar del Plata para rendirse. Lo comandaba el teniente de fragata Otto Wermuth, un joven oficial de 25 años, tan joven como sus subalternos, entre los que sólo el suboficial Paul Hahn superaba los 40 años. Posteriormente, el 17 de agosto, también se rendía en Mar del Plata el U-977, comandato por el capitán de fragata Heinz Schaeffer, que en su estupendo libro El secreto del U-977 (1955) había descripto con rudeza y nada de romanticismo una navegación de 66 días en inmersión, evitando la aviación aliada, comiendo pan en mal estado, y conviviendo con la mugre y la materia fecal que no podían expulsar por los tubos lanzatorpedos para no delatar su presencia. En poco tiempo, y obedeciendo a las presiones de los embajadores británico y norteamericano, los submarinos y sus tripulaciones fueron entregados a los aliados. El misterio de su súbita aparición en estas costas, a más de dos meses de la rendición alemana, seguía suscitando todo tipo de comentarios. Domingo 12 de enero de 1997 | Publicado en edición impresa del diario la Nacion Esta informacion pertenece al blog https://www.elsnorkel.com/ 2 Compartir este post Enlace al mensaje Compartir en otros sitios