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No olvide su Cepillo de Dientes...

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No olvide su Cepillo de Dientes...
Foto tomada a través del periscopio del Monte Fuji (Fujiyama en japonés) el día de Navidad 1943 el SS-254 sumergido en la bahía de Tokio. Fotografía muy arriesgada, dada la proximidad a las principales fuerzas imperiales japonesas.
 

No olvide su Cepillo de Dientes...

 

Una curiosa historia del SS-254 USS Gurnard, en el Guerra del Pacifico, durante la II Guerra Mundial Algunos de los submarinos del Pacifico estaban en seria desventaja debido a los motores de un tipo que jamas funcionó de manera satisfactoria.

 


Una curiosa historia del SS-254 USS Gurnard, en el Guerra del Pacifico, durante la II Guerra Mundial Algunos de los submarinos del Pacifico estaban en seria desventaja debido a los motores de un tipo que jamas funcionó de manera satisfactoria.
El fallo en el motor HOR - que fabricaba la Hoover Owens Rentschler Company, una subsidiaria americana de una firma alemana -, radicaba en su mecanismo de transmisión: los dientes de la rueda de engranaje se rompían constantemente, provocando terribles vibraciones que terminaban por parar el motor. 
Hacían tiempo que habían entrado en servicio motores muy superiores fabricados por la General Motors y la Fairbanks Morse, pero algunos de los HOR (lo submarinistas habían llegado a llamarlos por un apodo fonético Whore - prostituta) aun seguían en funcionamiento. Una de las ultimas naves equipadas con motores HOR realizo una extraordinaria patrulla a pesar del mal funcionamiento habitual de estos. 
Se trataba del SS-254 USS GURNARD, y su misión comenzó en junio de 1943 al mando de Charles Herbert Andrews. Justo cuando el SS-254 USS GURNARD abandono Perarl Harbor para patrullar las Palaus el mecanismo de sus motores HOR empezó a estropearse. Es probable que Andrews debiera haber regresado a puerto para someterlo a reparaciones pero continuo la misión, ya que tenia de demostrar algo a sí mismo. Andrews era un hombre pequeño, de apenas 1,60 metros de altura. "De niño, comento, me consideraban un afeminado. Era el único chico en una casa con tres hermanas mayores. Mi madre me vestía con pantalones de terciopelo y cuellos de encaje. 
A consecuencia de ello, cuando muchos años después descubrió que iba a entrar en combate, "sentí un poderoso impulso de establecer mi peso".
 Después de llegar a las Palaus, Andrews disfruto jugando una especie de juego silencioso con los destructores japoneses que entraban y salían del puerto; emergía para provocarlos y luego se sumergía para eludirlos. Con ese modo, recordó, "desarrolle cierto desprecio hacia ellos".
 
 Una mañana, mientras Andrews llevaba a cabo su peligroso juego a 30 metros de profundidad cerca de la desembocadura de una laguna, el SS-254 GURNARD se vio sacudido por dos cargas de profundidad, "fue una explosión infernal" comentaría mas adelante el capitán. "Estallaron debajo de nosotros, lanzándonos hacia arriba en un ángulo terrible". El SS-254 GURNARD se hallaba en peligro inminente de romperse. "Inundar todo" - grito el segundo oficial "¡Inundar!, ¡Inmersión!
 
USS+Gurnard+1944+-800.jpg
(SS-254) USS GURNARD saliendo Mare Island el 13 de marzo 1944

El submarino se negó a responder bien... las detonaciones habían roto conexiones eléctricas y con ellas el control automático de las aletas de inmersión. Había controles manuales, pero las ruedas pesadas giraban con tanto frenesí que nadie pudo manejarlas. 
Cuando el oficial ingeniero, un tipo de 100 kilos, luchó con la rueda de las aletas de proa, fue arrojado al otro extremo de la sala de control y con el golpe perdió el sentido. Andrews, que intentaba desesperadamente bajar la proa, envío a 50 hombres corriendo hacia la sala de torpedos de proa, una ascensión casi vertical tal como se encontraba la nave. "Así lo conseguimos", "Empezamos a caer como una piedra" Entonces la naturaleza del peligro se invirtio. El GURNARD descendía en ángulo pronunciado a toda velocidad hacia las profundidades peligrosas. Andrews le ordenó al segundo oficial Robert Ward, que trajera de vuelta a los hombres de la sala de torpedos y que los enviara a popa. Cuando los hombres pasaron a popa el submarino se excedió en su reacción. Con la proa apuntando muy hacia arriba, el indicador de la sala de control señalaba 148,5 metros; Andrews calculo que la sala de torpedos de popa debía hallarse casi a 159 metros de profundidad... y en peligro inminente de verse aplastada por la terrible presión del agua.
 
El GURNARD estaba muy necesitado de un salvador, y en ese momento critico uno fue a su rescate. Era el Jefe de Electricidad W.F. Fritsch, a quien se le ocurrió una improvisación inspirada para abastecer de energía a las inútiles aletas e inmersión del submarino. Al carecer en ese momento de cualquier herramienta, Fritsch utilizo un cepillo de dientes mojado que metió entre dos conexiones eléctricas cortadas. Hubo flujo de corriente. Las aletas volvieron a funcionar y al fin la nave se enderezó. De algún modo, con las mejores reparaciones que pudieron realizar, Andrews y sus submarinistas resistieron el ataque de cargas de profundidad. Poco después de su máximo momento de crisis, el GURNARD emergió y avisto un convoy japonés que salía de una laguna.

Andrews ataco a la vista de numerosas escoltas. Le dio a dos cargueros y a un destructor y creyó que los tres se hundieron. Con el resto de las escoltas lanzados en busca de ellos, el capitán sumergió con prudencia el submarino. Incluso mientras la nave resistía las cargas de profundidad, la dotación se puso a recargar los tubos lanzatorpedos. Pero solo tres de proa estuvieron listos cuando Andrews, impaciente, se elevo a profundidad de periscopio, y, para su satisfacción, vio un portaaviones japonés que salía del puerto. "Quedé sorprendido" comento Andrews. El GURNARD disparo los tres torpedos de proa desde 1800 metros, luego viro y soltó un solo torpedo de popa. Andrews creyó había conseguido dos impactos sólidos, y cuando volvió a subir a periscopio vio al portaaviones muerto en el agua, escorándose y humeando.
Los escoltas salvaron la embarcación herida al impedir que el SS-254 GURNARD volviera a atacar. Sin sufrir ningún otro percance, el GURNARD regreso a Pearl Harbor. Andrews recibió la Cruz Naval por lo que su comandante de división llamó "una de las mejores y más agresivas patrullas que jamas se ha registrado".
 
USS+Gurnard+andrews+Condecordo.jpg
El comandante Charles H. Andrews, que recibe la Cruz de la Marina
del vicealmirante Charles A. Lockwood, ComSubPac
 
El Jefe Fritsch recibió una Estrella de Plata por su experto empleo de un cepillo de dientes y, lo mejor de todo, los comandantes de la base de submarinos proyectaron que el SS-254 GURNARD recibiera motores nuevos en lugar de los problemáticos HOR.
USS+Gurnard++regreso+-+800.jpg

La tripulacion del SS-254 llega a Hunters Point, San Francisco,
el 11 de septiembre de 1945, regresa de la guerra.

Esta informacion pertenece al blog https://www.elsnorkel.com/

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