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DDG clase Sheffield británicos en Malvinas.

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Destructores Type 42 británicos en el Conflicto del Atlántico Sur (1982) 

Parte 1/7

“En el curso del cumplimiento de sus deberes, dentro de la Zona de Exclusión Total alrededor de las Islas Falklands, HMS Sheffield, un destructor Type 42, fue atacado y alcanzado esta tarde por un misil argentino. El buque sufrió un incendio que se extendió fuera de control; se teme que haya habido bajas, pero no tenemos detalles sobre eso aún. Los familiares serán informados primero tan pronto como recibamos más detalles.” 

Ian McDonald, vocero del Ministerio de Defensa (MoD) del Reino Unido 

El anuncio, emitido en horas de la tarde del 4 de mayo de 1982 por la señal de la BBC, estremeció al mundo: era la primera vez, desde la Segunda Guerra Mundial, que un buque de guerra británico había sido alcanzado en combate. El estupor generalizado era comprensible: HMS Sheffield, un novísimo destructor Type 42 (comisionado en la Royal Navy – Armada Real Británica – tan solo siete años antes), diseñado específicamente para servir en su función principal como plataforma de guerra antiaérea (AAW – Anti-Air Warfare), había sido alcanzado por un misil aire-superficie AM39 Exocet; sucumbió a los daños y se fue a pique el día 10. 8 días más tarde, HMS Glasgow, buque del mismo tipo, fue impactado por bombas lanzadas por aviones argentinos. El 25 de mayo se perdería un segundo Type 42 – HMS Coventry – también a manos de la aviación de guerra argentina. 

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Fig.1 – HMS 'Liverpool' (D92), un destructor Type 42 Batch 3, dispara un misil Sea Dart en un ejercicio naval en 2002. La experiencia del conflicto de las Malvinas repercutió en el diseño de esta y otras unidades navales en los años posteriores a 1982 

La experiencia de combate de la clase durante el conflicto de las islas Malvinas/Falklands, que enfrentó a Argentina y al Reino Unido de Gran Bretaña entre el 1 de mayo y el 14 de junio de 1982, puso a prueba los paradigmas y modelos teóricos existentes en torno a la doctrina de combate de la Royal Navy; las lecciones aprendidas – a sangre y fuego – en los gélidos mares del Atlántico Sur influirían posteriormente y de forma incuestionable en la construcción de buques de guerra y en la doctrina operacional de Armadas alrededor del mundo. La presente nota tiene como propósito realizar una reflexión, no únicamente en torno a las operaciones de combate propiamente tales como hechos aislados, sino por sobre todo, a las causas que conllevaron a la pérdida de dos modernos buques de guerra (y daños a un tercero) diseñados específicamente para lidiar con la amenaza aérea, entendiendo en tal sentido que existen antecedentes – políticos, económicos, técnicos, etc. – que gestionan la razón de ser, la forma y el propósito de un sistema de armas, lo cual repercute en su desempeño en combate. 

Antecedentes: la Royal Navy a comienzos de la década de 1980 
Los inicios de la década de 1980 probaron ser tiempos particularmente difíciles para las Fuerzas Armadas del Reino Unido. La crisis económica que asolaba a la nación impulsó una reexaminación del gasto de defensa, cuestión que se enfocó en la Royal Navy. El Ministro de Defensa del gobierno Conservador elegido en 1979, Sir John Nott, cuestionó la naturaleza de su existencia y de costos ante los cuales el Senior Service luchaba para responder en una manera políticamente efectiva. Era el momento más álgido de la Guerra Fría y la doctrina naval británica había sufrido importantes transformaciones, orientando el papel de una fuerza multitareas tradicionalmente flexible al de afrontar, en forma exclusiva, la amenaza proveniente del bloque soviético (la Unión Soviética y los países satélites del Pacto de Varsovia) dentro del campo de la guerra antisubmarina (ASW – Anti-Submarine Warfare), en el marco de una defensa continental europea junto a los demás países aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), desplazando a estrategias de dominio marítimo y mantenimiento de un amplio rango de capacidades – tales como buques de asalto anfibio y portaaviones – que, hasta entonces, habían constituido el distintivo de la época. 

Ello, sin embargo, parecía ser consecuente con la realidad de la geopolítica mundial que afectó al Reino Unido en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando, luego de la derrota del fascismo totalitario, la creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) impulsó la descolonización y emancipación de ingentes extensiones de territorio y el fin de imperios extracontinentales construidos por las potencias imperialistas en los siglos pasados. Gran Bretaña ya no constituía el vasto imperio de antaño; ergo, la necesidad de contar con una fuerza de tipo expedicionaria, capaz de proyectar poder naval allende ultramar en defensa de los intereses coloniales británicos, se vio fuertemente disminuida en favor de una estrategia que favoreciese la defensa del Reino Unido y del resto Europa ante la creciente amenaza proveniente de la Unión Soviética. Consecuentemente, durante la década de 1960 y la de 1970, sucesivos gobiernos británicos incurrieron en reestructuraciones y recortes que afectaron los presupuestos de defensa del país, aunque es importante notar que hasta 1979, cuando un gobierno Conservador liderado por la Primer Ministro Margaret Thatcher llega al poder, el presupuesto de defensa británico seguía siendo considerablemente más alto que el de muchas naciones europeas aliadas. Para 1979, sin embargo, una brecha cada vez más extensa se interponía entre lo que el país podía pagar en términos monetarios y lo que efectivamente necesitaba para satisfacer sus necesidades y compromisos de defensa (razón por la cual, entre otras cosas, el Reino Unido comenzó a replegar recursos destinados a la protección de sus territorios soberanos en ultramar – incluyendo las islas Malvinas o Falklands). 

En ese sentido, el rol de la Royal Navy – en caso la Guerra Fría estallara en un conflicto entre las superpotencias antagónicas de la época – estaba claro: una estrategia naval construida en torno a las alianzas de la OTAN y la defensa de Europa Occidental. Ello implicaría un énfasis en la protección de convoyes transatlánticos que se consideraban vitales en la guerra proyectada con la URSS. Además de esta necesidad de proteger la cadena de suministros, vital para la estrategia de la OTAN, la Royal Navy habría de ser encargada con la misión (como lo hizo en ambas Guerras Mundiales) de salvaguardar el comercio marítimo que mantenía viva la economía del Reino Unido, tanto en tiempos de paz como de guerra. La Defence Review de 1981 (denominada ‘The United Kingdom Defence Programme: The Way Forward’) impulsada por Nott demandó un re-alineamiento filosófico de la Royal Navy y efectivamente, privó a la misma de sus capacidades de proyección naval y anfibia. Se le asignó la misión principal de fungir como disuasivo estratégico nuclear – una fuerza basada en el empleo de submarinos – y de sus submarinos y naves en el rol ASW en contra de la amenaza soviética. 

Así pues, la Royal Navy se transformó en una fuerza altamente especializada y preparada para la lucha antisubmarina pero poco apropiada para algo más, ciertamente no para ejecutar las funciones de una fuerza expedicionaria, como le sería requerido en 1982. 

El destructor Type 42
Génesis de la clase
 
Luego de la cancelación – debido a los excesivos costos – del proyecto CVA-01 y de los destructores Type 82 o clase ‘Bristol’ (de los cuales solo llegó a construirse un ejemplar, HMS Bristol) que habrían de escoltar a los nuevos portaaviones y de la reducción de la fuerza de portaaviones con catapultas capaces de alojar un ala embarcada propiamente dicha para funciones de ataque y defensa de un grupo de tareas naval, surgieron alternativas económicamente más atractivas y apropiadas para la nueva función que la Royal Navy habría de desempeñar. 

La Royal Navy posterior a la era del portaaviones de catapultas aún tenía que lidiar con ataques aéreos enemigos y desempeñarse simultáneamente en guerra antisubmarina. Para 1966, cuando la fuerza de portaaviones (proyecto CVA-01) fue cancelada, helicópteros con base en portaaviones con sonares calables y armados con cargas de profundidad nucleares (a fin de lidiar con los submarinos de misiles balísticos soviéticos, que habrían de cruzar las aguas del Mar del Norte y el Círculo Polar Ártico a fin de llevar a cabo sus ataques contra blancos en Europa y los Estados Unidos) fueron considerados como alternativa para la tarea en cuestión. La Royal Navy planeaba mover los helicópteros de sus portaaviones proyectados a fin de poder liberar sus cubiertas para acomodar aviones de caza y ataque. Denominó a sus buques portahelicópteros ‘cruceros de escolta’. En las postrimerías de la decisión respecto de los portaaviones, el crucero de escolta sobrevivió porque apoyaba una misión vital de la flota. La defensa aérea de la flota entonces habría de ser encargada en gran parte a los misiles antiaéreos navales – debido a que los ahora llamados ‘portaaviones ligeros’ (reconversión de los cruceros de escolta portahelicópteros) embarcaban una cantidad mínima de novedosos aviones STOVL (Short Take-Off Vertical Landing) poco apropiada para defensa del grupo de tareas – de manera que la fuerza post-portaaviones necesitaba de buques AAW (Anti-Air Warfare). 

Tanto para el Type 82 como para los porta-aeronaves de la clase ‘Invincible’ (como fue denominada la nueva generación de portaaviones de escolta ASW) se desarrolló el sistema de defensa aérea GWS30 Sea Dart. Debido a que el Sea Dart no requería de un radar tridimensional, los buques que habrían de llevarlo podían operar efectivamente sin depender de un portaaviones con un radar especial. Más aún, podían desempeñar sus funciones sin necesidad del costoso radar Type 988, proyectado para su instalación en las naves de la clase ‘Bristol’. Por tanto, se desarrolló una nueva clase de buque más pequeña que pudiese satisfacer dicho rol: el destructor Type 42 o clase ‘Sheffield’, armado con el sistema Sea Dart. 

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Fig.2 – HMS 'Coventry' (D118) durante sus pruebas de mar en 1974

Nace el Type 42 

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Fig.3 – Esquema general del destructor Type 42 o clase ‘Sheffield’ 

A fin de mantener el destructor lo más compacto posible, su armamento debió limitarse drásticamente. Por ello, debió abstenerse de incorporar el sistema Ikara, misil antisubmarino proyectado originalmente para su instalación en el Type 82. Planes para la Royal Navy post-portaaviones inicialmente vislumbraron un casco común que pudiera ser construido tanto en versión Sea Dart como en versión Ikara. Al final resultó más fácil (y económico) reconvertir los cascos de las fragatas de la clase ‘Leander’ para acomodar el sistema Ikara y destinar el Sea Dart a los destructores clase ‘Sheffield’, naciendo así la clase como nave fundamentalmente AAW. 

Las naves de la clase que participaron en acciones de combate en el Atlántico Sur fueron construidas en los astilleros Vickers Shipbuilders Ltd, Barrow-in-Furness (HMS Sheffield (D80) y HMS Cardiff (D108)); Cammell Laird & Co, Birkenhead (HMS Coventry (D118)) y Swan Hunters Ltd, Wallsend-on-Tyne (HMS Glasgow (D88)), entre 1971 y 1976. HMS Exeter, el primero de la serie (Batch) 2, fue botado en 1978, siendo aceptadas dichas unidades al servicio entre 1975 (Sheffield) y 1980 (Exeter). 

La Armada Argentina (ARA) recibió simultáneamente dos buques de la misma clase (Batch 1): ARA Hércules (buque gemelo del Sheffield construido en el mismo astillero que este, botado en 1972) y ARA Santísima Trinidad (construido en Argentina en los Astilleros y Fábricas Navales del Estado – AFNE (Río Santiago) – en 1974). Virtualmente idénticos a sus pares británicos, su principal diferencia con estos últimos consistía en la instalación, a comienzos de la década de 1980, de lanzadores de misiles superficie-superficie Aérospatiale MM38 Exocet (y consolas asociadas). 

Pobres características de navegabilidad (demostradas durante las primeras pruebas de mar) y condiciones de habitabilidad poco apropiadas plagaron a los primeros buques de la clase, cuestiones solucionadas parcialmente con las mejoras introducidas a las naves de la serie (Batch) 2 y luego las Batch 3, construidas a partir de 1978 (cuyas mayores dimensiones en eslora y manga y mayor rigidez de casco mejoraron notablemente sus cualidades de sea-keeping). 

Planta propulsora 

La potencia es provista por una planta propulsora COGOG (COmbined Gas Or Gas) compuesta por dos turbinas a gas Rolls-Royce Olympus TM3B (cada una proveyendo 50,000hp/37.3MW de potencia constante) y dos Rolls-Royce Tyne RM1C (9,900hp en velocidad de crucero @ 18 nudos) transmitiendo a dos propelas por medio de dos ejes independientes. 

Sensores 

Con la cancelación del requerimiento para un radar 3D de búsqueda aérea (Type 988 holandés) para los cruceros de la clase ‘Bristol’, debió encontrarse una alternativa a fin de equipar a los más ligeros Type 42. En última instancia, un radar 2D Marconi concebido en la década de 1950 – y modernizado en la década de 1960 – para defensa aérea con base en tierra, designado Type 965M (con su característica antena doble AKE(2) en forma de bedstead o “catre”) fue usado, radar que, dicho sea de paso, ya se encontraba en servicio en toda una generación anterior de buques – tales como los destructores de la clase ‘County’ y las fragatas de la clase ‘Leander’. 

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Fig.4 – Muy didáctica imagen del 'Sheffield' (D80), el primer buque de la clase, mostrando claramente la antena del radar de búsqueda de largo alcance Type 965M y los dos radomos que alojan los directores de tiro Type 909, además de otros sensores 

El Type 965 tenía la importante virtud del largo alcance, gracias al uso de longitudes de onda de baja frecuencia más largas (1.4m aprox.). Sin embargo, adolecía de notables inconvenientes. El tamaño (manga) de la antena seguía siendo considerable. También prescindía de indicación de blancos móviles (MTI – Moving Target Indicator), que permitía distinguir un retorno de radar de un objeto (una aeronave, por ejemplo) del retorno de fondo o clutter (provisto por oleaje o una masa de tierra). MTI era relativamente poco importante en aguas abiertas, pero durante la Guerra de las Malvinas, la ausencia de dicha capacidad hizo muy difícil (y hasta imposible) para los buques británicos detectar a los aviones argentinos sobrevolando tierra antes de emerger sobre el Falkland Sound para realizar sus ataques. El Type 965 fue finalmente abandonado, no precisamente debido a sus inherentes limitaciones (pues para 1982, Marconi ofrecía una versión actualizada – Type 965P – que incorporaba MTI), sino porque, debido al desarrollo de la televisión, no podía ser usado cerca de la costa pues sus emisiones interferían con aquellas de las estaciones de TV. Su reemplazo, el Type 1022, combinó la electrónica del set de búsqueda aérea holandés Signaal (hoy Thales Nederland) LW-08 con una nueva antena desarrollada por Marconi, planeada para un radar más avanzado (que finalmente fue descartado). El Type 1022 fue instalado en los buques de la serie (Batch) 2 en adelante; los de la serie (Batch) 1 permanecieron con sus obsoletos Type 965M cuando cuatro de ellos (HMS Sheffield, HMS Glasgow, HMS Coventry y HMS Cardiff) fueron despachados al Atlántico Sur como parte de la Task Force destinada a recuperar las islas de manos argentinas (solo un destructor Type 42 Batch 2 – HMS Exeter – fue enviado). 

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Fig.5 – Radar de control de tiro Type 909 visto sin el domo que usualmente lo cubre 

La nave posee asimismo un radar de navegación Kelvin-Hughes Type 1006, así como un radar 2D de búsqueda de superficie (y objetivos aéreos a baja cota) Marconi Type 992Q. Cuenta, además, con dos radares de control de tiro Marconi Type 909 montados en radomos ubicados sobre la superestructura de proa y popa del barco. Estos permiten iluminación de onda continua para el misil Sea Dart, así como soluciones de tiro (gun laying) para la pieza Mk8 de 114mm montada en la proa. El Type 909, además de ser una pieza pesada de equipo, demostró ser poco confiable bajo condiciones de combate. 

Sonares 

Los buques de la clase ‘Sheffield’ fueron equipados con el sonar de detección y clasificación de contactos sumergidos de escaneo lateral Kelvin-Hughes Type 162M, compuesto por transductores lineales a cada lado del casco. Asimismo, incorporaron un sonar de casco Graseby Type 184M para detección de contactos de superficie; montado en un domo debajo de la quilla, cubría un área de detección cercana a los 360 grados (aunque limitada, por el ruido generado por el propio buque, en un sector estrecho hacia la popa del mismo). 

Suite de autoprotección, defensa y contramedidas 

Para mediados de la década del ’50 ya se habían logrado avances en cuanto a la detección pasiva de ondas de radar. Los detectores de radar ofrecían dos capacidades complementarias: una era la detección de radares de búsqueda naval o de control de tiro de bombarderos aproximándose, mientras que la otra era la detección de radares de superficie, como los que usaría un submarino antes de disparar sus torpedos. La Royal Navy, por las circunstancias previamente discutidas (especialización en ASW), eligió el detector optimizado para submarinos, los cuales por lo general harían un barrido muy breve a fin de localizar su blanco, para luego apagar el radar. Para capturar esa breve y elusiva señal, el receptor tendría que estar operando constantemente en buscar de un blanco en cualquier dirección y en cualquier frecuencia (a diferencia de un radar de un bombardero que trabajaría en un rango de frecuencia estrecho y específico), no obstante sacrificando alcance. Los sistemas británicos fueron designados con la serie ‘UA’. Los avances tecnológicos permitieron, durante la segunda mitad de la década del ’70, diseñar un sistema único integrado capaz de detectar, procesar, clasificar e identificar las señales, comparándolas con una base de datos previamente cargada. El sistema se denominó Abbey Hill (UAA1) y operaba cubriendo el ancho de banda completo hasta banda-J. Fue introducido en la década de 1970 en los destructores Type 42 y las fragatas Type 21 (o clase ‘Amazon’) e incorporaba medición instantánea de frecuencias (FMI). 

La suite de alerta de radar UUA1, si bien competente en su detección y clasificación de pulsos de radar enemigos, no se encontraba enlazada al sistema de contramedidas, puntualmente a los dos lanzadores de chaff (laminillas de aluminio destinadas a confundir el buscador radárico de un misil enemigo) Plessey-Vickers Corvus (cada uno de ellos con ocho tubos orientables disparadores de cohetes Plessey Broad Band Chaff (BBC) de 31’’) ubicados sobre cada banda hacia la popa del buque. Estos debían ser no solamente disparados, sino también orientados (en función del ángulo y altura de detonación de los cohetes – cuestión que debía hacerse modificando el tiempo de detonación de la espoleta de cada cohete en cubierta) y recargados manualmente, lo cual representaba tiempo valioso de reacción que se perdía entre la detección de una amenaza y el despliegue de un cúmulo de chaff alrededor del propio buque y además, limitaba la efectividad de la cobertura de chaff, pues el patrón de dispersión de las laminillas de aluminio propiamente tales, en principio, debe hacerse en función a la frecuencia en la que trabaja el radar de un misil enemigo lanzado contra el propio buque; con todo, resultaba más complejo lograr un patrón de dispersión apropiado para el tipo de amenaza con la que se está lidiando en un momento determinado…


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Fig.6 – Lanzador de chaff Corvus en proceso de recarga. En la parte superior, lanzador de bengalas 

Por razones que no se explican, originalmente la Royal Navy no instaló un sistema de interferencia de radar activo en sus Type 42, a pesar de que justo antes del conflicto le fue ofrecido un sistema de contramedidas electrónicas (ECM) enlazado al sistema de alerta de radar pasivo que podía ser activado automáticamente ante la detección de una amenaza. La falta de ECM así como la falta de automatización de la suite de contramedidas probaría ser una desventaja fatal durante el conflicto de 1982. 

Sistema de combate integrado y comunicaciones 

El sistema de combate computarizado (que integra la suite de sensores con los sistemas de armas del buque) instalado en los buques de la clase ‘Sheffield’ fue el Plessey-Marconi Action Data Automation Weapons Set – ADAWS – 4. Como con otros sistemas de su tipo, mucho dependía de las características de la computadora principal: Ferranti desarrolló la computadora del sistema de combate, pero el Almirantazgo sirvió como integrador de sistemas, por lo menos hasta las últimas versiones. Una configuración de 24 bits fue elegida (simultáneamente, la Armada de EEUU eligió computadoras de 30 bits). Como con otras aplicaciones informáticas, el tamaño global del sistema se vio reducido y la performance, incrementada. La computadora original británica original – Poseidon (analógica) – fue sucedida por la serie FM1600 (digital) y después, por la F2420 A la última se le acredita seis veces la capacidad de procesamiento de sus predecesores. 

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Fig.7 – CIC del destructor HMS 'Cardiff' (Type 42 Batch 1)

Despliegue al Atlántico Sur 
Apenas horas después de la invasión argentina de las islas Malvinas (efectuada entre la noche del 1 y la madrugada del 2 de abril), el Grupo de Tareas del Almirante Sir John Forster ‘Sandy’ Woodward, que se encontraba desplegado en el área de Gibraltar con motivo del ejercicio denominado ‘Springtrain’, recibió órdenes de poner proa hacia el Atlántico Sur, sumándose a las fuerzas de la Royal Fleet Auxiliary y submarinos de ataque nucleares (SSNs) que habían sido ya enviados en apoyo del buque de exploración antártica HMS Endurance. Entre las naves que componían este Grupo de Avanzada se encontraban tres destructores Type 42: HMS Sheffield, HMS Coventry y HMS Glasgow, arribando a la isla Ascension (a medio camino entre el Reino Unido y las islas Malvinas) durante la segunda semana de abril. Algunos días después, el grupo liderado por dichas naves zarpa de Ascension rumbo al teatro de operaciones del Atlántico Sur. Para el día 25, el Grupo de Batalla compuesto por los portaaviones HMS Hermes (que relevó al destructor clase ‘County’ HMS Glamorgan como buque insignia de la Task Force) y HMS Invincible, así como naves de escolta, se reunió con el Grupo de Avanzada, a siete días de navegación de la Zona de Exclusión Total (TEZ – Total Exclusion Zone). Ese mismo día, las fuerzas argentinas estacionadas en las islas Georgias del Sur capitularon y rindieron sus posiciones ante los británicos. 

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Fig.12 – Despliegue británico al teatro de operaciones del Atlántico Sur desde el continente europeo 

El 1 de mayo se da inicio a los primeros bombardeos británicos de los aeródromos argentinos de BAM Malvinas (Port Stanley) y BAM Cóndor (Goose Green). Aviones Vulcan de la Royal Air Force (Real Fuerza Aérea Británica) lanzados desde Ascension soltaron bombas sobre la pista de Stanley, apoyados por cazabombarderos Sea Harrier del Fleet Air Arm basados en los portaaviones Hermes e Invincible. Al día siguiente (2 de mayo), fue hundido por un submarino británico el veterano crucero clase ‘Brooklyn’ ARA General Belgrano. 

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Fig.13 – Mapa de las islas Malvinas/Falklands, indicando accidentes geográficos y locaciones más relevantes durante la campaña del ’82, así como las ubicaciones y fechas de los buques de la clase ‘Sheffield’ averiados y/o hundidos en combate. Se ha respetado la toponimia británica, colocándose entre paréntesis los equivalentes argentinos 

Los Type 42 en combate 
Alrededor de la media noche del día domingo 2 de mayo, un remolcador de patrullaje argentino clase ‘Sotoyomo’, ARA Alférez Sobral, fue detectado al norte de las islas Malvinas por un helicóptero Westland Sea King del No.826 Squadron, con base en el portaaviones Hermes. Al avistarlo, la nave abrió fuego contra el helicóptero, el cual solicitó entonces apoyo, desplegando entonces los destructores Coventry y Glasgow sus helicópteros Lynx HAS Mk2, armados con misiles Sea Skua. El Lynx del Coventry (XZ242) abrió fuego contra el Sobral, con uno de sus misiles dañando la cobertura de fibra de vidrio del motor e hiriendo a parte de los tripulantes que se encontraban operando una pieza de 20mm. El del Glasgow (XZ247) hizo lo propio, destruyendo completamente el puente y matando al capitán y a siete de la tripulación. Severamente maltrecha, la nave se las arregló para llegar a duras penas a Puerto Deseado, en el continente, dos días después. La Royal Navy reclamaría por error otro buque similar – ARA Comodoro Somellera – como hundido, cuestión que sería rectificada luego del conflicto. A pesar de ello, la operación constituyó un éxito para el debut operacional del misil Sea Skua y la primera acción de combate de los buques de la clase ‘Sheffield’. 

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Fig.14 – Helicóptero Westland Lynx HAS Mk2 cargado con misiles Sea Skua 

La amenaza del Exocet 
Argentina había procurado un lote de 14 aviones Dassault Super Étendard de fabricación francesa en 1979 a fin de potenciar su aviación naval de combate. Para noviembre de 1981, cinco aparatos habían arribado a la Base Aeronaval (BAN) Comandante Espora para unirse a la 2º Escuadrilla de Caza y Ataque de la Escuadra Aeronaval Nº 3 (Comando de Aviación Naval, COAN) de la Armada Argentina. La invasión argentina del archipiélago el 2 de abril de 1982 significó de inmediato la cancelación del envío, por parte de Francia, de los aparatos restantes (incluyendo demás insumos y pertrechos bélicos), así como de técnicos de la firma Aérospatiale que, por contrato, debían arribar a Argentina por esas fechas a fin de asegurar el correcto funcionamiento del sistema, pero por sobre todo, de la integración entre la plataforma (el avión Super Étendard) y el misil antibuque AM39 Exocet, que Argentina logró recibir en forma de cinco unidades (junto con los cinco aviones comprados) antes del bloqueo francés solicitado por la Foreign Office (Oficina de Relaciones Exteriores del Reino Unido) al gobierno del Presidente François Mitterrand. 

Ante esta situación, debió resolverse, sin asistencia extranjera de ningún tipo, la integración del misil Exocet con el vector de ataque Super Étendard en suelo argentino a fin de poner a punto el sistema de armas para su despliegue en contra de la fuerza de superficie británica. Aunque la Foreign Office se garantizó la cooperación francesa y los organismos de inteligencia del Reino Unido se movieron rápidamente para detectar e inmovilizar cualquier intento de venta de misiles Exocet o componentes asociados a Argentina por parte de terceros, la Royal Navy permanecía consciente de la amenaza que representaban los aviones y misiles en poder de los argentinos – sistema de armas que logró ponerse a punto en tan solo quince días y cuyo despliegue de Comandante Espora a la BAN Río Grande (la base aeronaval más próxima entre el continente y las islas) entre el 19 y 20 de abril alertó a la inteligencia británica de la posibilidad (muy real) de que los misiles argentinos pudiesen haber sido puestos operativos por otros medios, prescindiendo de la (negada) ayuda francesa. 

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Fig.15 – Misil AM39 Exocet montado en el Super Étendard 3-A-202, pilotado por el Capitán de Corbeta César Augusto Bedacarratz el 4 de mayo para atacar al 'Sheffield' 

Exocet es un misil aire-superficie, diseñado para batir blancos navales a una distancia de entre 50 y 70km (dependiendo de la altitud y velocidad de lanzamiento). El misil recibe información de blancos del radar de la plataforma lanzadora, la cual es almacenada en el navegador inercial y utilizada para navegar de forma autónoma hacia la zona del blanco. Lanzado desde una aeronave, es impulsado a una velocidad de Mach 0.93 por un propulsor cohete de combustible sólido (a pesar de ser subsónico, la configuración aerodinámica le permite ser llevado por una aeronave a velocidad supersónica); luego, vuela siguiendo un perfil rozaolas, por debajo de la cobertura del radar, inicialmente a una altitud de crucero de entre 9 y 15 metros sobre la superficie del agua y descendiendo, a una distancia de entre 12 y 15km de su blanco, a entre 8 y 2.5 metros (si las aguas calmas lo permiten), manteniéndose a dicha altitud por medio de un radioaltímetro, momento en el cual se activa la cabeza buscadora radárica que guía al misil de 655 kilos durante su fase terminal. Al llegar al blanco, la cabeza de guerra de 165kg de explosivo de alta potencia es detonada mediante una espoleta de contacto (golpeando el costado del buque) o bien sobre el buque, utilizando la señal del radioaltímetro como sensor de proximidad. 

Argentina tenía información de primera mano respecto de las capacidades de los buques de la Task Force, en particular del destructor Type 42 pues, como ya se ha venido mencionando, la Armada Argentina poseía y operaba dos buques del mismo tipo (ARA Hércules y ARA Santísima Trinidad), los cuales fueron extensivamente utilizados por los pilotos argentinos para explorar las debilidades principalmente de los radares de búsqueda aérea, de tiro y de las envolventes de los misiles a bordo de los buques británicos. El Capitán de Fragata Jorge Colombo, Comandante de la 2º Escuadrilla, da cuenta de la rigurosidad y preparación con la que se abordó el tema en las semanas posteriores al despliegue de los Super Étendard al teatro de operaciones: “teniendo en cuenta que teníamos buques argentinos, destructores Tipo 42, que eran exactamente iguales a los buques que teníamos que enfrentar, hicimos un estudio muy detallado de cómo penetrar por debajo de las defensas radar para poder hacer el ataque con los dos elementos más importantes que nos iban a asegurar el triunfo, es decir: la sorpresa y la discreción.” 

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Fig.16 – ARA 'Hércules', uno de los dos destructores Type 42 argentinos 

La táctica desarrollada para el Super Étendard se conoce como “picar el lóbulo”; a medida que el aparato se acerca al buque, comienza a entrar en la zona de detección del radar (cuya forma lobular es bastante particular). Volando a baja cota, puede escapar de la detección manteniéndose dentro de la zona ‘ciega’ del radar (aquella afectada por el clutter de la superficie oceánica). Un sistema de alerta de radar pasivo (RWR) en la cabina le avisa al piloto cuando está siendo detectado, de manera que debe reducir la altitud inmediatamente. Al reducir la altitud cada vez que el aparato “pica” o entra en el área de detección del lóbulo, el mismo puede permanecer fuera de detección durante la mayor parte de la corrida de tiro. Para el operador de radar a bordo del buque, resulta muy difícil detectar la amenaza debido a que la misma solo aparecería por un instante en su pantalla (lo cual podría ser interpretado como un falso retorno o contacto espurio). 

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Fig.17 – Estrategia de ataque desarrollada por el COAN, basada en la propia experiencia con los propios ‘Sheffield’ argentinos (haga clic para ampliar la imagen)

Esta informacion pertenece al blog http://fdra-naval.blogspot.com/

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Esto es solo la primera parte. ¿No?

Falta todo lo bueno

La Guerra de las Malvinas es muy triste para mi porque es una guerra que se "podía" haber ganado.

 

Si en lugar de una improvisada maniobra de distracción de los problemas internos y propaganda se hubiese planeado bien como la gran operación militar que era se podría haber ganado, y ahora las Malvinas serian argentinas y es posible que Gibraltar español.

Que pena

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hace 5 horas, Criseox dijo:

Esto es solo la primera parte. ¿No?

Falta todo lo bueno

La Guerra de las Malvinas es muy triste para mi porque es una guerra que se "podía" haber ganado.

 

Si en lugar de una improvisada maniobra de distracción de los problemas internos y propaganda se hubiese planeado bien como la gran operación militar que era se podría haber ganado, y ahora las Malvinas serian argentinas y es posible que Gibraltar español.

Que pena

Ufff, muy difícil para Argentina ganar esa guerra. No solo por falta de preparación sino por que, en general, tampoco podía prepararse mucho mejor, además de contar con muchas fuerzas en su contra. Y siempre he pensado que Inglaterra se contuvo mucho para no llevar a cabo ataques contra territorio argentino. Sino la cosa podría haberse puesto peor para las fuerzas armadas argentinas.

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hace 12 horas, Eriol24 dijo:

Ufff, muy difícil para Argentina ganar esa guerra. No solo por falta de preparación sino por que, en general, tampoco podía prepararse mucho mejor, además de contar con muchas fuerzas en su contra. Y siempre he pensado que Inglaterra se contuvo mucho para no llevar a cabo ataques contra territorio argentino. Sino la cosa podría haberse puesto peor para las fuerzas armadas argentinas.

Hombre, no sé cómo estaría el tema exactamente, pero podría haber tenido serios problemas de estabilidad en la región, sumado a cómo justificar esos ataques contra la Argentina continental (por llamarla de alguna manera) y, por aventurarme un poquito, la doctrina Monroe, que supongo también aplicaría en Argentina. Pero en lo que se refiere a las Malvinas, la diferencia tecnológica, sumado a la amplia superioridad de la Royal Navy y sin control aéreo argentino, no creo que hubiera posibilidad.

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hace 3 horas, DrWhat dijo:

Hombre, no sé cómo estaría el tema exactamente, pero podría haber tenido serios problemas de estabilidad en la región, sumado a cómo justificar esos ataques contra la Argentina continental (por llamarla de alguna manera) y, por aventurarme un poquito, la doctrina Monroe, que supongo también aplicaría en Argentina. Pero en lo que se refiere a las Malvinas, la diferencia tecnológica, sumado a la amplia superioridad de la Royal Navy y sin control aéreo argentino, no creo que hubiera posibilidad.

 

Sinceramente, si tu atacas un territorio soberano que se considera británico (ellos lo consideraban) ¿por qué no podría atacar ellos territorio soberano argentino? Hablo, claro está, de puertos, aeródromos, instalaciones militares y logísticas... Me parece algo como lo del ARA Belgrano y la zona de exclusión. Simple y llanamente fueron a una guerra para la que no estaban preparados y que no podían ganar.

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Me siento feliz rodeado de tiernos pimpollos como vosotros.

Juventud divino tesoro.

 

El caso es que la guerra fue en 1982, no ahora, en aquellos tiempos yo era escandalosamente joven y el mundo era muy diferente, pero mucho.

 

Pero muchísimo, es que no os hacéis una idea. xD

 

Argentina ocupo las Malvinas porque pensó que Gran Bretaña no reaccionaria militarmente a la ocupación, se que hoy en día esto parece inimaginable pero entonces era creencia generalizada, es mas la operación anfibia británica de respuesta fue una gran sorpresa para todo el mundo.

Pero aparte de una sorpresa también podía ser una locura.

Y estuvo a punto de serlo. Necesitaría mas espacio que una simple respuesta para explicarme.

Pero creedme se pudo ganar

En el 2023 no pero en 1982 si.

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1 hour ago, Eriol24 dijo:

 

Sinceramente, si tu atacas un territorio soberano que se considera británico (ellos lo consideraban) ¿por qué no podría atacar ellos territorio soberano argentino? Hablo, claro está, de puertos, aeródromos, instalaciones militares y logísticas... Me parece algo como lo del ARA Belgrano y la zona de exclusión. Simple y llanamente fueron a una guerra para la que no estaban preparados y que no podían ganar.

 

Porque Argentina y el Reino Unido no estaban en guerra.

 

Fue un conflicto sobre los que el Reino Unido declaro Zona de Exclusión Total es decir si tu entras yo te disparo y si estas allí te echo.

Argentina y Gran Bretaña pugnaron por la zona donde todo estaba permitido e Inglaterra gano.

 

Es como la "Operación especial " de nuestros días,  una forma de tener un conflicto localizado para evitar que escale.

Probablemente se hubiesen permitido pequeños ataques sobre instalaciones militares argentinas en la Patagonia,  Es decir bombardear el aeródromo de Puerto Gallegos quizás, pero la ciudad no y por supuesto Buenos Aires ni de lejos

 

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hace 5 horas, DrWhat dijo:

Hombre, no sé cómo estaría el tema exactamente, pero podría haber tenido serios problemas de estabilidad en la región, sumado a cómo justificar esos ataques contra la Argentina continental (por llamarla de alguna manera) y, por aventurarme un poquito, la doctrina Monroe, que supongo también aplicaría en Argentina. Pero en lo que se refiere a las Malvinas, la diferencia tecnológica, sumado a la amplia superioridad de la Royal Navy y sin control aéreo argentino, no creo que hubiera posibilidad.

 

Pues es que ahi estuvieron las claves.

La posición de Estados Unidos fue rotundamente incomoda. Ahora nos da la risa, pero entonces todavía había gente que se creía que la Doctrina Monroe  no era una excusa para invadir centroamerica, y a los USA no les apetecía ni pizca quitarse la careta.

 

La diferencia tecnológica la marcaba una sola cosa, un submarino nuclear, el Conqueror, que los británicos usaron como si todos los U-boat se hubiesen encarnado en un solo monstruo subacuatico. Frente al Conqueror lo único que pudo hacer la flota argentina fue huir.

 

Pero el aire, ay amigo! eso no estaba tan claro y aquí es donde la guerra se pudo ganar. Los argentinos podrían haber dominado el aire de forma incontestable y frente a ese dominio la expedición británica hubiese terminado en catástrofe

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hace 4 horas, Criseox dijo:

 

Pues es que ahi estuvieron las claves.

La posición de Estados Unidos fue rotundamente incomoda. Ahora nos da la risa, pero entonces todavía había gente que se creía que la Doctrina Monroe  no era una excusa para invadir centroamerica, y a los USA no les apetecía ni pizca quitarse la careta.

 

La diferencia tecnológica la marcaba una sola cosa, un submarino nuclear, el Conqueror, que los británicos usaron como si todos los U-boat se hubiesen encarnado en un solo monstruo subacuatico. Frente al Conqueror lo único que pudo hacer la flota argentina fue huir.

 

Pero el aire, ay amigo! eso no estaba tan claro y aquí es donde la guerra se pudo ganar. Los argentinos podrían haber dominado el aire de forma incontestable y frente a ese dominio la expedición británica hubiese terminado en catástrofe


Hombre, salvo las cosas como el hundimiento del Coventry, que fueron puntuales (Puntual el hundimiento de un destructor, lo que hay que decir)... Argentina carecía de misiles antibuque, los 3 o 4 exocet franceses que tenían y los británicos con su fuerza marítima eran capaces de despejar los cielos completamente, sin hablar de los Harrier que pudieran poner en combate. No estoy tan seguro como dices de esa supuesta dominancia aérea...

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hace 4 horas, Criseox dijo:

 

Pues es que ahi estuvieron las claves.

La posición de Estados Unidos fue rotundamente incomoda. Ahora nos da la risa, pero entonces todavía había gente que se creía que la Doctrina Monroe  no era una excusa para invadir centroamerica, y a los USA no les apetecía ni pizca quitarse la careta.

 

La diferencia tecnológica la marcaba una sola cosa, un submarino nuclear, el Conqueror, que los británicos usaron como si todos los U-boat se hubiesen encarnado en un solo monstruo subacuatico. Frente al Conqueror lo único que pudo hacer la flota argentina fue huir.

 

Pero el aire, ay amigo! eso no estaba tan claro y aquí es donde la guerra se pudo ganar. Los argentinos podrían haber dominado el aire de forma incontestable y frente a ese dominio la expedición británica hubiese terminado en catástrofe

Yo lo que he leído, es que Argentina no contaba con tecnología como para poder enfrentarse. La aviación era muy inferior tecnológicamente a la británica. Y se consiguieron victorias pero a costa de muchas bajas. Debían ir desde Argentina, repostar en vuelo (nunca localizaron a los aviones cisterna) y atacar, normalmente al primer barco que encontraban. Sorprendieron mucho pero tenían cuatro misiles franceses que pudieron disparar al descodificarles, y eran de tiro directo. Y lo que llamaríamos aviones obsoletos. Hoy en día todavía sorprende que con ese material hicieran tanto.

1982: Guerra de Malvinas[editar]

El conflicto de Malvinas fue un conflicto entre el Estado Argentino y el Británico, que tuvo lugar en 1982 en dicho archipiélago ubicado en el Atlántico Sur. Las aeronaves utilizadas por la Fuerza Aérea durante las hostilidades fueron los A-4 Skyhawk, los Mirage III y V, los IA-58 Pucará, los BMK-62 Canberra , los C-130 Hercules, los Learjet 35, los Aero Commander 500, helicópteros Boeing CH-47 Chinook y Bell 212.

 

 

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hace 10 minutos, alquimista112 dijo:

Yo lo que he leído, es que Argentina no contaba con tecnología como para poder enfrentarse. La aviación era muy inferior tecnológicamente a la británica. Y se consiguieron victorias pero a costa de muchas bajas. Debían ir desde Argentina, repostar en vuelo (nunca localizaron a los aviones cisterna) y atacar, normalmente al primer barco que encontraban. Sorprendieron mucho pero tenían cuatro misiles franceses que pudieron disparar al descodificarles, y eran de tiro directo. Y lo que llamaríamos aviones obsoletos. Hoy en día todavía sorprende que con ese material hicieran tanto.

1982: Guerra de Malvinas[editar]

El conflicto de Malvinas fue un conflicto entre el Estado Argentino y el Británico, que tuvo lugar en 1982 en dicho archipiélago ubicado en el Atlántico Sur. Las aeronaves utilizadas por la Fuerza Aérea durante las hostilidades fueron los A-4 Skyhawk, los Mirage III y V, los IA-58 Pucará, los BMK-62 Canberra , los C-130 Hercules, los Learjet 35, los Aero Commander 500, helicópteros Boeing CH-47 Chinook y Bell 212.

 

 

A ver... Hay que tener una cosa en cuenta, los Mirage han sido los mejores aviones occidentales durante mucho tiempo, tampoco los hagamos de menos jajajaj

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Sinceramente, si tu atacas un territorio soberano que se considera británico (ellos lo consideraban) ¿por qué no podría atacar ellos territorio soberano argentino? Hablo, claro está, de puertos, aeródromos, instalaciones militares y logísticas... Me parece algo como lo del ARA Belgrano y la zona de exclusión. Simple y llanamente fueron a una guerra para la que no estaban preparados y que no podían ganar.
Malvinas ni siquiera es reconocida por la ONU como un territorio soberano.
Si Gran Bretaña atacaba Argentina, entonces serían ellos quienes atacaran territorio soberano.
Con el riesgo que otros países de Sudamérica apoyarán a Argentina.
Argentina en el aire estuvo siempre muy cerca de ganar la guerra. Le faltó suerte (muchas de sus bombas no explotaron) y previsión (tenían que hacer esperado a tener más Exocet).
En tierra, cometiron el error de llevar prácticamente solo conscriptos, dejando a sus soldados profesionales en Argentina ante un posible conflicto con Chile.

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Argentina tenía muy pocas posibilidades, si los británicos no hubiesen tenido suficiente con la primera TF hubiesen mandado otra, pues buena era la bruja de la Thatcher.

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Argentina tenía muy pocas posibilidades, si los británicos no hubiesen tenido suficiente con la primera TF hubiesen mandado otra, pues buena era la bruja de la Thatcher.

Difícil.

La opinión pública la hubiera linchado si descubrían que estaban teniendo pérdidas.

Y dudo mucho que EEUU dejara que mandaran otra TF, siendo más que importante que la prioridad era la URSS.

Además dudo que a Gran Bretaña le quedara algo como para armar otra TF.

 

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hace 20 horas, DrWhat dijo:

A ver... Hay que tener una cosa en cuenta, los Mirage han sido los mejores aviones occidentales durante mucho tiempo, tampoco los hagamos de menos jajajaj

Pero en este caso eran la versión israelí IAI Nesher, que era la modificación del interceptor Mirage III francés, a tareas de ataque de superficie. La combinación idónea para atacar a los buques Británicos era el Súper Etendard con el misil Exocet AM 39, pero en el momento del conflicto solo disponían de 5 aparatos de los 14 comprados a Francia.

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